Como una escena del Viejo Oeste, con la bola de heno dando vueltas, parecían este martes las oficinas de Viva Air en el aeropuerto internacional Camilo Daza, al tiempo que decenas de usuarios esperaban sentados en el piso, recostados en las paredes o se contaban los unos los otros la situación que estaban viviendo por culpa de la aerolínea.
Y es que Viva dejó a los pasajeros del terminal aéreo de Cúcuta como novia de pueblo: vestida y alborota, reza el refrán; pero lo más indignante para ellos es que no hubo quien les diera alguna respuesta.
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La crisis en los aeropuertos de Colombia, generada por la suspensión de las operaciones de la empresa, también se evidenció en la capital de Norte de Santander, en donde centenares de pasajeros de los vuelos diarios a Bogotá, Medellín y Cartagena e internacionales solo recibieron un silencio administrativo.
Las sillas de los empleados vacías y unos carteles con los números telefónicos de línea de atención nacional, Bucaramanga, Medellín, Barranquilla, Bogotá, Cali, Cartagena y de Pereira pegados en los vidrios, y en los que ni siquiera atendían, fue otra escena para los clientes, muchos de ellos de Venezuela, como Mariana Muñoz, de la tercera edad, quien con su esposo, se movilizó durante 14 horas por carretera desde Yaracuy, para viajar a Argentina.
“Soy paciente insulinodependiente y me cortaron una pierna hace cuatro años, debo viajar, porque tengo una consulta médica, pues de eso depende si me dan mi prótesis. Además tengo que hacerme un tratamiento para la diabetes. Ahorita no tenemos ni siquiera plata para desayunar”, dijo mientras aguardaba en una silla de ruedas desde la 4:00 de la mañana.
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Su paisana Leyda Vázquez, quien lleva seis años sin ver a su hijo radicado en Argentina, se vino el domingo de Barquisimeto entusiasmada por el viaje que haría. La noche del lunes la llamó la agencia que le vendió el boleto comunicándole lo que había anunciado Viva y le dijo que arribara al aeropuerto, para que la empresa le solucionara.
“Me parece una falta de respeto, tanto de la aerolínea como de las autoridades, porque no somos un perolito que hay que dejar por ahí, somos seres humanos”, afirmó molesta la pasajera que tenía su vuelo a las 7:00 de la mañana.
“Es bastante estresante la situación”, recalcó Mairelys Escobar, quien junto a su pequeño hijo esperó sentada alguna solución. A ella le urgía volar a Perú, en donde trabaja, y su ruta tenía escala en Medellín.
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Las respuestas de las partes
Viva enfatizó que la suspensión temporal es por la inviabilidad financiera y operacional, debido a la falta de definición oportuna por parte de la Aeronáutica Civil, frente a la alianza con Avianca solicitada hace 7 meses, como única posibilidad para seguir volando.
La aerolínea pidió a sus clientes no acercarse a los aeropuertos, esperar los pasos a seguir y aguardar las instrucciones de la Aerocivil, la cual señaló que acompañará a los afectados y que, junto a Avinca, Latam y Satena, ofreció alternativas a los viajeros internacionales con reservas del 27 de febrero al 1 de marzo, de acuerdo con la disponibilidad de sillas y sin costo adicional.
La Superintendencia de Transporte instó a Viva a brindar “soluciones que el contrato de transporte les demanda”, al tiempo que investigará el actuar de la compañía.
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