La situación es crítica desde hace meses para los coquizadores de Norte de Santander y de otros departamentos, porque la sobreoferta de coque indonesio ha debilitado los precios a niveles insostenibles para la industria colombiana.
Esta fue una de las alarmas que dejó el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), Carlos Cante, durante la inauguración del International MetCoke Summit Colombia 2024, organizado por el gremio en Barranquilla, quien agregó que los costos de producción, logística y embarque hacen inviable la exportación de coque del país a muchos destinos.
Cante manifestó que el 80% de las baterías de coquización de pequeños empresarios está apagada y, por lo menos, el 50% de las baterías de las principales exportadoras ha entrado en mantenimiento o alargado sus ciclos de producción, para reducir costos.
El líder gremial explicó que, después de dos años de buena demanda y excelentes precios, propiciados por el impulso económico pospandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania, desde el año pasado la industria pasa por una caída estrepitosa.
Explicó que Indonesia desplazará a Colombia del tercer al cuarto lugar, a finales de este año, en exportación del producto, debido a que, por su capacidad, cerrará con cerca de 10 millones de toneladas de coque y se espera que alcance las 17 millones de toneladas en los próximos cinco años.
“Se ha convertido en un nuevo jugador del comercio internacional, que se mueve entre las 28 y las 30 millones de toneladas anuales, elevando los volúmenes exportables y tirando los precios al piso”, precisó el presidente ejecutivo de Fenalcarbón, por lo que se estima que, en menos de cinco años, Indonesia pasará a ser el primer exportador mundial, relegando a Polonia y a su socio estratégico China.
Esos coques van hacia Europa y América Latina, principales compradores de los coquizadores colombianos durante los últimos 20 años.
Se pierden empleos
El panorama nacional descrito es más grave en esta región, pues, según la gerente de la Asociación de Coquizadores de Norte de Santander (Asocoquizadores), Angélica León, las plantas generan 2.000 empleos directos, aproximadamente, y el 90% ha tenido que apagarse, por lo que alrededor de 1.800 trabajadores vivirán una Navidad sin trabajo.
La integrante de la Junta Directiva del gremio, Eliana Durán Angarita, sostuvo que la empresa que representa debió cerrar hace una semana dos plantas, dejando alrededor de 35 desempleados, por lo que expresó su preocupación.
Durán resaltó que, en otros países, la industria está recibiendo subsidios u otras formas de apoyo de los gobiernos, por lo que indicó que ojalá el Ejecutivo Nacional mire a los empresarios y ofrezca incentivos y su respaldo.
De la misma manera opinó el presidente de la Junta Directiva de Asocoquizadores, Nelson Suescum, quien destacó que esta crisis, de acuerdo con los expertos, durará hasta el primer semestre de 2025; entonces, les tocará tener gran capacidad de aguante, resiliencia que ha caracterizado al sector, con la mirada puesta en una recuperación después de mitad de ese año.
La gerente de la Asociación de Carboneros del departamento (Asocarbonor), Margarita Contreras, gremio que también defiende a coquizadores, expresó que enfrentan desafíos internos desde la seguridad jurídica y física por dos decretos ambientales nuevos, el proyecto de ley minera y la creación de la empresa estatal Ecominerales, aunado a una pérdida del control territorial por parte del Estado.
Aseguró que todo esto es una “combinación compleja para una industria que requiere hacer compromisos económicos e inversiones importantes”. “No pasa como en otros sectores, por ejemplo, textil o calzado, donde se ‘prenden o apagan’ las industrias dependiendo de la temporada”.