Las exigencias del mercado mundial y las complejidades que traen consigo el cambio climático y la sostenibilidad del negocio, han hecho que los productores de palma de aceite en Colombia se potencien en la ciencia y la tecnología para aumentar la producción y ser amigables con el medioambiente.
En la última década, la palmicultura colombiana ha crecido un 80%, con un promedio de producción de 1,8 millones de toneladas al año. Siendo el segundo cultivo con más área sembrada del país, con 580.000 hectáreas, y un valor de producción cercano a los 10 billones de pesos, –16,7% del PIB agrícola–.
Esta evolución del sector ha sido posible al compromiso de los productores agremiados a Fedepalma y al trabajo responsable y acertado de Cenipalma en investigación e innovación, para que los palmeros adopten buenas prácticas que mejoren y aumenten la producción de aceite de alta calidad.
Alexandre Cooman, director general de Cenipalma, destacó que este crecimiento se ha dado de forma responsable con el medioambiente, permitiendo que el 99% del área cultivada de palma de aceite en Colombia sea libre de desforestación (Ideam 2023), no solo para atender los requerimientos locales sino la normativa mundial.
Alexandre Cooman, director general de Cenipalma
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La reducción de las emisiones por aplicación de fertirriego, consumo de diésel, producción de compost, metano, transporte, fertilizantes químicos, entre otros, ha hecho que la huella de carbono del sector palmero sea negativa (77,05%), según los datos preliminares de Cenipalma para 2021.
Se estima que la reducción de la huella de carbono de todo el sector fue de 1,4 millones toneladas de CO2 y se debió en buena parte a la adopción de buenas prácticas productivas, la aplicación de tecnología y la asistencia técnica integral a los productores.
Colombia produce 16,5 toneladas de la palma de aceite por hectárea al año. La meta es llegar a las 22 toneladas. Norte de Santander produce entre 15 y 20 toneladas y tiene la posibilidad de alcanzar las 28,8 toneladas, según las proyecciones que presentó Cooman en la apertura de la XVIII Reunion Técnica Nacional de Palma de Aceite, en Bucaramanga.
El dirigente gremial fue claro en afirmar que la subsistencia de la palmicultura colombiana no solo se sustenta en productividad sino también en la productividad laboral, con empleo formal y bienestar para los trabajadores. Hoy, el sector emplea a más de 191.000 personas, con promedio de 1,5 salarios.
Retos y oportunidades
Los productores reunidos en Bucaramanga son conscientes de que el sector ha vivido un par de años favorables en materia de producción, clima y precio, pero también tienen claro que no pueden bajar la guardia ante la variabilidad de los cultivos y la volatilidad del mercado.
Nicolás Pérez Marulanda, presidente de Fedepalma, manifestó que, para enfrentar estos retos, se de ampliar la base de laboratorios para hacer seguimiento, cerrar las brechas y cumplir con las exigencias del mercado, no deforestación.
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Explicó que esto se logra con un modelo de trazabilidad y georreferenciación desde el cultivo, con información precisa y oportuna que permita hacer seguimiento a la calidad aceite colombiano para que responda a los estándares internacionales.
Nicolás Pérez Marulanda, presidente de Fedepalma.
El sector lleva tiempo preparándose para cumplir con los requisitos del mercado, por medio de la estrategia APSColombia, trazando una ruta de sostenibilidad para garantizar la calidad y las buenas prácticas del sector, con acompañamiento integral al palmicultor y el cierre de brechas.
“La idea es que nadie se quede por fuera de la asistencia técnica integral, hay 6.000 productores en esta estrategia, lo estamos ayudando a facilitar su actividad y su ingreso a la formalidad. La meta es certificar a 5.700 productores”, señaló Pérez.
Pero, más allá de mejorar y aumentar la producción de aceite de palma oleico, es saber cómo venderlo. Pérez indicó que este es uno de los retos que impone el mercado, no solo nacional sino internacional, ya que se estima una producción anual de 365.000 toneladas.
“La ciencia y la tecnologías son las claves para abordar todos estos retos, con experiencias aplicadas en campo, por medio del ejercicio responsable de Cenipalma para garantizar una palmicultura productiva, sostenible e incluyente”, señaló Pérez.
*La Opinión asistió a la XVIII Reunión Técnica Nacional de Palma de Aceite, en Bucaramanga, por una gentil invitación de Fedepalma.
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