Valió la pena. El juego dominante que mostró el DIM de Alejandro Restrepo desde el primer minuto del juego de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana contra Palestino de Chile, “pagó” el viaje que hicieron cerca de 10.000 aficionados desde la capital de Antioquia hasta Pereira para apoyar al cuadro rojo.
Por eso, desde que faltaban 20 minutos para el final del duelo, se escuchaba salir un grito de alegría ensordecedor desde las tribunas del estadio Hernán Ramírez Villegas. Los aficionados cantaban “me voy a ver al rojo, porque los jugadores me van a demostrar que salen a ganar, que quiere salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo”, con una fuerza paralizante.
Y los jugadores respondieron. Jaime Alvarado, con la seguridad de siempre, le dio equilibrio a la mitad de la cancha del cuadro rojo. Baldomero Perlaza, uno de los jugadores que el nuevo cuerpo técnico ha “recuperado”, firmó el mejor partido que ha tenido en su paso por el DIM, que empezó en enero.