El Ministerio de Relaciones Exteriores repatrió 77 piezas prehispánicas desde Alemania, en el marco de la salvaguardia del patrimonio cultural y arqueológico y su vinculación a la memoria colectiva e histórica de nuestros pueblos originarios.
El conjunto de elementos fue entregado al Consulado de Colombia en Frankfurt, a través de la firma de abogados Martini-Mogg-Vogt, administradores de la herencia de una familia alemana que declaró haber adquirido las piezas en Colombia en 1974.
Catalina Ceballos, directora de asuntos culturales de la Cancillería, explicó la importancia de realizar este proceso en pro de la memoria y los procesos de civilización del país, ya que estas piezas son procedentes de las regiones arqueológicas Tairona, San Agustín, Guane, Calima y Quimbaya.
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“Hoy en día estamos entrando a unas nuevas narrativas sobre cómo se enfrenta a la memoria. La memoria generalmente ha sido desde proceso de civilización o de colonia. El proceso de civilización descubre las piezas y es ese proceso el que se la lleva", afirmó la funcionaria.
Sostuvo que "hoy en día podemos hablar de una descolonización porque no solamente se trata de una memoria, se trata también de nuevas narrativas sobre cómo los museos resguardan las piezas, de nuevas narrativas para reconocer cuáles eran piezas para el uso y otras eran para la adoración de algunos ídolos, el sol o el agua”.
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En cuanto al proceso de repatriación, Ceballos explicó que inició con un diálogo sobre el paradero de estas piezas, seguido del trabajo de los embajadores quienes las ubican en casas de subastas y reciben manifestaciones de personas anunciando su interés en retornarlas, lo que conduce a conversaciones para que se haga un peritaje.
“El peritaje consiste en ver las características específicas del material, de las figuras, y en ese sentido entonces ya se hace también vía la embajada o vía el consulado –como es este caso– el envío de las piezas gracias al servicio que nos presta el avión del señor Presidente y en otras ocasiones el Buque Gloria”, agregó.
Juan Pablo Ospina, coordinador de arqueología del ICANH, expresó que se podría suponer que, por las formas, el estilo, el desgaste que se observa en varias de las piezas, se podrían asociar al corpus de patrimonio arqueológico de la nación.
“La importancia tiene que ver con una manera adecuada de nosotros tener control sobre el patrimonio arqueológico de la nación”, indicó y explicó que estos objetos sirven como apropiación social de nuestro pasado y nuestro patrimonio y aportan a la consolidación de la memoria social y la identidad de una nación
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