Los pasos se hicieron cada vez más lentos. Las lágrimas caían de los ojos de forma inevitable. El susurro del dolor no se hizo esperar y por último, un abrazo encerró la trágica historia que envolvió a una familia rosariense, tras la muerte de una de sus hijas por sobredosis de heroína.
La escena se produjo frente a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal.
Mirar y detallar a esos dolientes que esperaban para reclamar el cadáver de su ser querido, con cualquier ilusión derrumbada, reflejó la decadencia social, sumergida en una cadena criminal en la que las drogas son las protagonistas de historias mortales, como la de esta familia de Villa del Rosario.
*Susana Paredes alcanzó a disfrutar solo 19 años. Los dos últimos los pasó hundida en el macabro consumo desmedido de heroína, una droga de la que muy pocas personas logran rehabilitarse.
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Paredes fue inducida a consumir heroína como el 66 por ciento de los consumidores de esta droga: por una persona allegada o conocida.
La cercana relación que mantuvo con su verdugo la llevó a vivir etapas de indigencia y hasta escenas de prostitución. El único objetivo de soportar estas experiencias ajenas a su integridad familiar, era conseguir las dosis de heroína para inyectarse y “elevarse con la sensación”.
“La encontramos después de un tiempo de haberse ido de la casa, tirada desnuda debajo de un puente, hasta con animales que llegaban a su cuerpo”, recordó una de sus familiares, mientras dejaba recorrer las lágrimas que acompañaron su dolor esperando el cadáver.
Un silencio que se prolongó durante algunos minutos, mientras el nudo en la garganta dejaba continuar la conversación, dio paso a una seguidilla de imágenes y fotografías desde la niñez de Paredes, con la inocencia y el amor que siempre recordarán sus familiares.
“Es una historia muy fuerte que solo Dios nos puede ayudar a soportar. Aunque traté de evitarlo hasta con las autoridades, no pude salvarla”, dijo la doliente.
La última oración
Cuando Paredes decidió interrumpir la tranquilidad que vivió durante un mes, después de retornar a su casa, al seno de su familia, tras pasar seis meses desintoxicando su cuerpo de la heroína en un centro de rehabilitación en Bucaramanga, ocurrió la tragedia.
Los paseos familiares, la unión entre sus parientes y las risas que abundaron durante esos 30 días en una casa de Villa del Rosario, se transformaron en llantos, zozobra y dolor cuando el verdugo de Paredes reapareció, ofreciéndose a conseguir la droga.
“La encontramos inyectándose la heroína. Cuando la reprendimos salió de la casa y estaba como inconsciente. No veía. Casi la atropella un carro”, recordó un testigo de ese momento doloroso.
Las últimas horas de Paredes las pasó acostada en una cama, entre dormida y con ronquidos extraños, oyendo a su vez una oración en la que se imploró por su salud y su vida.
“Cuando oyó una frase que salió con mucho sentimiento en medio de la oración, ella suspiró fuerte y ya su respiración no volvió, ahí corrimos al hospital y ya iba muy mal. Murió. No aguantó”, comentó su familiar, entre gestos desesperados de dolor.
¿Qué está pasando?
(Estas escenas de consumidores inyectándose heroína en las calles de Cúcuta son frecuentes en diferentes sectores de la ciudad.)
Esta familia nortesantandereana recrimina a las autoridades porque por falta de acciones contundentes contra los microtraficantes de drogas que abundan en Villa del Rosario, perdió a su ser querido. Precisamente, les exigieron que se tomen las medidas correspondientes para que los niños y jóvenes no sigan siendo víctimas de estas drogas.
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“Tienen que investigar y no dejar que los alrededores de los colegios sigan inundados de jíbaros. Es un mal de esta sociedad”, dijo un doliente.
Conseguir heroína en Cúcuta y el área metropolitana parece ser una tarea fácil. En los alrededores del canal Bogotá es común ver indigentes inyectándose sus dosis de heroína, a la vista de cualquier transeúnte.
Entre tanto, la Policía Metropolitana de Cúcuta aseguró que constantemente se desarrollan operaciones contra el microtráfico y que recientemente se ejecutó una de estas, con al menos 47 allanamientos simultáneos a expendios de drogas, conocidos como ‘ollas’.
• Nombre cambiado
