La espera terminó. Luego de siete días de búsqueda, familiares de Carlos Saúl Rodríguez Morantes, fallecido por enfermedad en 8 de noviembre de 2019, encontraron su cuerpo desaparecido en el Cementerio Central de Cúcuta.
El caso se conoció la semana pasada, cuando sus familiares acudieron al cementerio para trasladar los restos que fueron inhumados hace cuatro años para llevarlos a un osario y se encontraron con que la bóveda estaba vacía.
Lo que parecía haber sido producto de una confusión, terminó en un enredo mayor, cuando al verificar con la ayuda del actual administrador del cementerio, Marco Duarte, en los documentos que les entregó la empresa que hizo el servicio funerario, constataron que no era en la bóveda 25 que habían abierto.
En realidad, el acta de la funeraria, decía que el cuerpo de Carlos Rodríguez fue “inhumado en la bóveda 18, panteón particular, calle 18 oriental”. Sin embargo, para sorpresa de los familiares, al abrir esa otra tumba, tampoco había nada.
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Lo que pensaban los trabajadores del cementerio, en primer momento, era que por un error humano, la persona contratada por la familia para poner la placa con el nombre del difunto, la habría colocado en el lugar equivocado, pero en el otro lugar tampoco estaba.
Estuvimos hasta el final
Eduardo Rodríguez, hijo del fallecido, fue uno de los más sorprendidos y desde el primer día inició los trámites para denunciar el hecho, pues los trabajadores del cementerio no encontraban explicación a lo que había sucedido.
Rodríguez aseguró que el día en que su padre fue sepultado, sus hijos estuvieron en el cementerio hasta que cerraron la tumba que marcaron haciendo una inscripción en el concreto húmedo, apenas terminaron de sellarla.
Meses más tarde, pagaron para que el personal que prestaba servicios en el camposanto le colocara la lápida con su identificación, la misma que removieron de la bóveda 25, cuando se llevaron la sorpresa de su vida.
Jair Rodríguez, sobrino de Carlos Rodríguez, comentó que ese mismo día, se enteraron por cuenta del encargado del cementerio que esta no era la única queja por restos de personas que fueron sepultadas y ahora no aparecen. Al menos otros dos hechos similares fueron reportados esa misma semana.
Por la ropa
Los restos de Carlos Rodríguez fueron localizados la tarde de este jueves, cuando con la presencia de la Secretaría de Gobierno Municipal y la Procuraduría Provincial de instrucción de Cúcuta, hicieron una última verificación del lugar donde presumían pudo haber sido sepultado.
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En la bóveda 24, fue donde lo encontraron, luego de constatar que no se encontraba en ninguna de las primeras. La familia logró identificarlo por la ropa que vestía: un bluyín y una camisa blanca de mangas largas.
También, lo reconocieron por la ropa interior, una camándula, la dentadura y por los restos de material quirúrgico que tenía de la intervención quirúrgica a la fue sometido antes de fallecer.
“Él se enfermó del estómago, tuvo complicaciones en la vesícula, tuvieron que operarlo de urgencia porque lo tenían en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) con el riesgo de que se complicara. Nosotros firmamos la autorización con la esperanza de que saliera bien, pero no aguantó”, contó Orfelina Rodríguez, hermana del fallecido.
Además, del mal episodio que tuvieron pasar, al dar por desaparecidos los restos, se encontraron con que en los cuadernos del cementerio, donde reposan los archivos manuscritos de las sepulturas, no aparecía ningún difunto con el nombre de Carlos Saúl Rodríguez Morantes para la época en que fue inhumado.
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Buscan al lado
Fue por medio de las redes sociales, como la Secretaría de Gobierno de Cúcuta tuvo conocimiento de lo sucedido y, en medio de toda la conmoción que ha generado el hecho, se pusieron en contacto con los dolientes.
Hidela Benítez, secretaria de esta oficina, informó que fue en ese momento cuando tomaron la decisión de acompañar a la familia, en presencia de la Procuraduría provincial, para realizar una última revisión.
No hubo necesidad
Por su parte, Cristian Gelvez, abogado de ese despacho, había manifestado que de no haber tenido éxito, el próximo paso habría sido verificar con la Jurisdicción Especial para La Paz (JEP), si su nombre estaba entre los cuerpos identificados en algunos de los 21 puntos de interés forenses que están siendo intervenidos en medio del proceso de investigación para dar con el paradero de las personas que fueron víctimas de desapariciones forzosas en el marco del conflicto armado.
De lo contrario, lo que procedía era llevar la denuncia ante la Fiscalía.
Prácticas irregulares
Lo que se sospechaba era que los restos de Carlos Rodríguez Morantes habían sido objeto de las prácticas irregulares que se cometían en el cementerio, donde por años presuntamente se hicieron exhumaciones administrativas de oficio que no eran notificadas a los familiares de los difuntos.
En esos casos, las osamentas eran trasladadas a los osarios o casitas, es decir, donde reposan las osamentas de Cadáveres No Identificados (CNI) y de los Cadáveres Identificados No Reclamados (CINR) que ahora son puntos de interés forenses y que se encuentran con medidas cautelares de la JEP.
Los restos quedaron bajo resguardo en el Cementerio Central y se espera que hoy, la familia pueda hacer lo correspondiente para llevarlo a su última morada, en los resteros del Cementerio de San Luis.
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