El primero de enero de cada año, en las principales ciudades del país suele aumentar la tarifa del pasaje de transporte público colectivo, sin embargo, en Cúcuta y el área metropolitana, desde hace varios años esto no aplica.
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Y es que, el último aumento se registró en el 2023 a través del Acuerdo 003 del 2023 del Área Metropolitana de Cúcuta (AMC), que fijó desde el mes de marzo de ese año, que el pasaje pasaría de $2.400 a $2.800.
Pero un incremento que se aplicó de forma gradual: $200 en el mes de abril de 2023, pasando de $2.400 a $2.600 y $200 más en el mes de agosto, para quedar en los $2.800.
Sin embargo, durante este 2024, a pesar de que los gremios de transporte público colectivo pidieron que se hiciera un nuevo ajuste en las tarifas, esto no se cumplió.
Esto, teniendo en cuenta que, según desde el AMC se estaban adelantando los estudios para fijar un incremento que supuestamente sería de $200, especulando que el pasaje de buseta podría subir en julio o en septiembre, pero no se llegó a ningún acuerdo.
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Miguel Ángel Flórez, representante de la empresa de transporte público colectivo, Transontiveros, señaló que a pesar de las solicitudes que realizaron para ajustar la tarifa, el AMC “se pasó todo el año haciendo los estudios, pero hasta el momento no se acordó nada”.
Flórez indicó que por ley, la tarifa debería ajustarse cada año, sin embargo, aseguró que en la ciudad no se le presta atención a estos procesos.
La Opinión consultó con algunos buseteros de la ciudad, quienes señalaron que mientras cada año suben los precios de la canasta familiar, del combustible, de los repuestos, entre otras cosas, ellos deben esperar hasta que el AMC se ponga de acuerdo para ajustar las tarifas, algo con lo que no están de acuerdo.
“El pasaje ya debería estar en $3.000, nos habían dicho que este año subía a eso y no vemos ese aumento y claro, la gente se enoja con uno porque quiere un mejor servicio, busetas de calidad, pero a muchos se les olvida que deben pagar el pasaje completo y que también tenemos familias y lo que uno se hace no es que todo quede libre, hay que pagar planilla, sacar para el combustible, cualquier falla de la buseta hay que ir y mandarla a arreglar y esos son gastos, no todo es ganancia”, explicó Jhon Beltrán, busetero de la ciudad.
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Otro de los conductores consultados manifestó que si bien es cierto que, la situación económica en la ciudad es difícil porque la mayoría de personas dependen del comercio informal y varios de sus compañeros no prestan el mejor servicio, su trabajo también merece ser remunerado de la manera correcta.
“Uno es realista de que pueden haber compañeros que a veces son groseros, pero este también es un trabajo estresante y a veces uno peca por eso, porque la gente quiere ponerle precio al trabajo de los demás, o a veces hay gente abusiva que sube y no paga, pero váyase a otras ciudades donde el pasaje vale más de $3.000 y allá no piden rebaja, les toca pagar lo que es”, dijo otro de los buseteros.