En Los Santos y San Pablo la tierra cobra vida. En dos fincas enclavadas en el corazón del Catatumbo la tierra reverdece, revive y echa frutos, en un claro ejemplo del trato que debe recibir la madre naturaleza.
No se trata de un experimento, sino de un hecho real, que ya completa más de una década y que se desarrolla en la vereda Fátima del municipio de Sardinata, en las fincas San Pablo y Los Santos, en la cordillera oriental y surcadas por el río Sardinata.
La iniciativa la protagoniza desde 2010 la empresa Excomin SAS, que además de cumplir con su actividad empresarial asumió el reto de velar por la conservación de los recursos naturales en estos parajes de bosque natural, en los que se esconde una biodiversidad en flora y fauna vibrante.
Para sus promotores, la existencia de estos predios restaura la esperanza del mejoramiento paulatino de los recursos naturales de la gran bioregión del Catatumbo. En las mencionadas fincas la lista de fauna y flora es muy amplia.
Le puede interesar (galería): Avifauna del Catatumbo
“Estar en los bosques tropicales de estos predios permite ver casi de inmediato que hay espacio para todo y que no es necesario arrasar para aprovechar un recurso natural”, relata Dora Gómez Vargas, gerente general de Excomin SAS, y gestora de este proyecto de conservación natural.
Antes de ser integrado al proyecto, el predio Los Santos estaba sometido a la ganadería extensiva. Allí se empezó un proceso de establecimiento de plantaciones forestales destinadas a la obtención de palanca para mina, con la dirección de Roberto García Abril, un visionario que entendió hace más de 20 años que sembrar madera es sembrar futuro y proteger el planeta. Hoy día el legado sigue vigente y continúan con plantaciones forestales, para de esta manera evitar la tala del bosque natural.
La presencia de especies carismáticas tanto en fauna como en flora resalta el valor del paisaje. Especies de fauna como venados, pumas, guartinajas y osos hormigueros; de flora como orquídeas, palmas, bromelias, y anturios, son tan importantes que su presencia indica la buena salud de los bosques.
Desde 2010 se han reforestado 28 hectáreas de bosque. En septiembre de 2020 se sembraron 16.000 plantas de eucalipto pellita, que se suman a especies como terminalia, vorencis y terminalia amazonía.
Según Gómez, en mayo próximo tienen proyectada otra siembra de 16.000 plantas más, con lo cual se estará reforzando la protección del bosque y las especies nativas de la región.
Así avanza la Sembratón de árboles en Norte de Santander
La plantación de un millón de árboles en Norte de Santander es el proyecto bandera en la agenda verde de la actual administración departamental, meta que producto de los inconvenientes generados por la pandemia de la COVID ha tenido algunos retrasos en su cronograma de actividades. A pesar de las limitaciones, a la fecha, y en trabajo articulado con la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), se han plantado más de 25.000 árboles de especies nativas en diferentes municipios de la región.
Chinácota, Salazar de las Palmas, Arboledas, Sardinata, Durania, Villa Caro, Lourdes, Toledo, Cácota, Silos, Pamplona, Chitagá, Villa del Rosario, Tibú, Gramalote, Puerto Santander, El Zulia, Santiago, Cúcuta, Bochalema, Ocaña, Cucutilla, Mutiscua y Pamplonita, son hasta el momento las zonas beneficiadas con la sembratón.
“Entre los principales impactos de estas jornadas de plantación de árboles, se tienen la restauración y reforestación para la recuperación, protección y conservación de nuestros ecosistemas regionales, principalmente fortaleciendo el normal desarrollo del ciclo hidrológico con el que garantizamos la disponibilidad del recurso hídrico para el abastecimiento de los sistemas de acueducto; así como también la captación de gases de efecto invernadero – GEI y la liberación de oxígeno a la atmósfera”, explicaron desde la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Sostenibilidad.
Asimismo, detallaron que, los impactos ambientales de mayor trascendencia en el departamento son los generados por la deforestación de bosques y ecosistemas estratégicos, “así como la contaminación de nuestras fuentes hídricas, la calidad del aire y la degradación de los suelos, producto de la ampliación de la frontera agrícola, aprovechamiento ilegal de madera y actividades extractivas mineras. Entre los principales lugares de impacto y deterioro de las condiciones ambientales están la zona del Catatumbo por deforestación, y las zonas bajas de las cuencas de los ríos Zulia y Pamplonita por inundación”.
En el marco del Día de La Tierra, Corponor se sumará a la Sembratón Nacional, articulando acciones con los 40 municipios del departamento. En la Provincia de Ocaña se serán sembrados 5 mil árboles. Durante las últimas dos semanas de abril se han sembrado 30.000 especies nativas en áreas estratégicas, sumando así a la meta del Gobierno Nacional de plantar 180 millones de árboles.
“Lo juro, un voto, un árbol”
En Cúcuta, a través de la iniciativa “Lo juro, un voto, un árbol”, el compromiso del alcalde Jairo Tomás Yáñez es plantar 110 mil árboles en representación de cada cucuteño que depositó su voto de confianza para que se convirtiera en el mandatario de la ciudad.
A la fecha, se han sembrado 6.711 árboles en diferentes barrios, comunas y corregimientos de Cúcuta.
Cada domingo siembran entre 50 y 100 especies, iniciativa en la que participa no solo el alcalde y algunos de los colaboradores de su equipo, sino el Ejército Nacional, la Policía, la Defensa Civil, Bomberos Voluntarios, Veolia, el Fondo de Agua Alianza Biocuenca, comerciantes del sector y miembros de las Juntas de Acción Comunal (JAC).
“Lo interesante de este modelo de reforestación no son solo los más de 110 mil árboles que plantaremos, sino el cuidado compartido que tendremos con la comunidad, a través de un acuerdo de voluntades que firmamos cada semana con la Defensa Civil, los Bomberos Voluntarios de Cúcuta, el Ejército Nacional, la Policía Ambiental, el Grupo de Carabineros, los gremios que nos acompañan y también con los presidentes de JAC, ediles, concejales, e incluso con los empresarios cuyos negocios se encuentren cerca del sector de la siembra”, expresó el alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez.
Con este acuerdo, quienes participan cumplen con las premisas de trabajo interdisciplinario, compromiso, disciplina, constancia, además del riego, poda y mantenimiento de los árboles sembrados.
Al firmar este acuerdo se comprometen a recuperar y cuidar el ‘patrimonio verde’ de Cúcuta, para liderar con el ejemplo y apoyar las iniciativas, cuyo propósito es oxigenar y reforestar la ciudad.
“Y es que, miradas en su conjunto, las operaciones de reforestación tienen el potencial no solo de capturar varios millones de las toneladas de CO2 (dióxido de carbono) que se emiten en el mundo, sino restablecer hábitat enteros para la biodiversidad, favoreciendo la recuperación de los servicios ecosistémicos de los que dependemos todos”, explicó el gobernante municipal.
La administración indicó que la siembra continuará hasta alcanzar la meta de los 110 mil árboles con los que se comprometió.
Unisimón, comprometida con el medio ambiente
La Universidad Simón Bolívar (Unisimón), desde el 2019 le ha apostado a la conservación del medio ambiente, a través de la aplicación del “Sistema de Gestión Basura Cero”, con la finalidad de crear una cultura de sostenibilidad en la institución educativa.
Se trata de una iniciativa mundial que “surgió a partir de la problemática ambiental generada por el aumento descontrolado de residuos que se depositan diariamente en los rellenos sanitarios del mundo, la cual tiene como objetivo promover las estrategias de reducir, reutilizar y aprovechar los residuos sólidos, a través de su reintegro a los ciclos económicos, productivos y ecológicos”, explicaron desde el proyecto “Basura Cero Global”.
Neydy Aranzales, ingeniera ambiental de la Unisimón, dijo que una de las primeras acciones que desarrollaron fue reducir el número de elementos desechables que se estuvieran generando en la institución y que llevaron a cabo las campañas ‘Sin pitillo es más bacano’ y ‘Saca el plástico de tu vida’.
“Se eliminó la compra de productos desechables de cafetería y lo que se hizo fue dotar al personal administrativo de pocillos reutilizables, con la finalidad de hacer la reducción de residuos y a su vez, la reutilización”, contó.
La ingeniera manifestó que en las zonas de cafetería de la universidad se eliminaron los pitillos y los mezcladores plásticos de bebidas.
De igual forma, en la Unisimón se implementaron los puntos ecológicos, además de un contenedor para los residuos peligrosos, pero que pueden ser aprovechables como las pilas.
En articulación con la organización “Cierra el Ciclo” se adecuó otro contenedor para depositar envases de insecticidas de uso doméstico, que, “aunque son de carácter peligroso, se pueden reincorporar al proceso productivo y de esta manera se evita que se contamine el medio ambiente, porque al estar en contacto con el sol, el calor o la intemperie, estos elementos van desprendiendo componentes tóxicos que van filtrándose y que pueden llegar al agua, al suelo o al aire”, agregó la ingeniera.