Pese al ruido y la creciente expectativa tras el anuncio de la intervención administrativa hecha por el Gobierno nacional a la EPS Sanitas, el pasado martes dos de abril, el clima de atención en las diferentes sedes de la prestadora de salud en Cúcuta fue de normalidad este miércoles.
Sanitas es la tercera EPS con mayor número de afiliados en Norte de Santander, con presencia en 34 de los 42 municipios. Al corte de enero de 2024, registraba 276.193 usuarios, que representan un 16,18% de participación; la primera cobertura y número de afiliados es la Nueva EPS con 765.941 usuarios, seguida de Coosalud con 344.169.
La Opinión hizo un recorrido por los principales centros de atención de Sanitas en la ciudad, específicamente los ubicados en las avenidas 1 y 2 de los barrios La Gran Colombia y Popular, y evidenció que en la entidad se operaba como de costumbre y los usuarios al salir reportaban un servicio sin mayores contratiempos, aunque algunos manifestaron estar expectantes por lo que pueda pasar en el transcurrir de los días.
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Guillermo Vargas, uno de los beneficiarios de esta prestadora de salud, con al menos tres años de antigüedad, tiempo en el que asegura haber recibido siempre atención oportuna, tanto para él como para su esposa, quien atraviesa por una situación de salud compleja desde hace dos años, producto de una artrosis, que los ha mantenido en un ir y venir de Bucaramanga.
“Yo me he sentido muy bien atendido, a nosotros no nos han fallado. Nos han atendido puntualmente y nos han dado absolutamente todo”, dijo; asimismo, considera que no se justifica la intervención, “lo que está bien no se debe cambiar, si los usuarios decimos que nos sentimos satisfechos, el gobierno no tiene por qué hacernos el daño cuando lo que está bien no se debe cambiar”.
Otra usuaria calificó con un 10 de 10 su atención en esta prestadora de salud, y una señora que salía de hacer su reclamo de medicamentos, dijo: si están hablando del servicio sólo debo decir que me entregaron todas mis drogas.
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En palabras del presidente Gustavo Petro, la intervención a Sanitas se da con el fin de “salvar el sistema de salud, y la vida de los colombianos”, toda vez que se detectó una deuda por encima de los 2 billones de pesos de esta entidad con hospitales, clínicas y otros prestadores de la red de atención médica, según la Superintendencia de Salud.
Aunque el deber ser es que las prestadoras de servicio procuren gestiones transparentes y sin números rojos, denuncias de los gremios que agrupan a trabajadores del sistema como Acemi o Gestarsalud, han dicho que los indicadores de Sanitas -expuestos como argumento del gobierno para proceder a la intervención- son comunes en otras EPS, y tienen que ver con la crisis de financiamiento que padecen desde hace meses.
Destacan que aun así el servicio se ha mantenido a la altura de las exigencias, sin generar traumatismos en la atención de sus 5.7 millones de afiliados a nivel nacional. Pero a partir de la medida adoptada por la Supersalud sí podrían registrarse cambios.
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¿Qué puede pasar?
Nicolás Salazar, director de la Fundación Provida en Cúcuta, señaló que más allá de la motivación que haya tenido el Gobierno nacional, desde la veeduría de salud lo que se espera es que se respete el derecho a la salud, que no se empiece a afectar a los usuarios.
“Lo que siempre pasa con el Sistema General de Seguridad Social en Salud es que el gobierno toma decisiones, cierra EPS, traslada a los usuarios como si fueran mercancía, violando el derecho a la libre escogencia, es decir, se generan una serie de situaciones que terminan afectando al usuario, que es quien aporta al sistema”, dice.
Aunque la Superintendencia Nacional de Salud ha dicho que la intervención será solo por un año y que no va a influir en el servicio, Salazar señala que es inevitable que se genere ansiedad y expectativas negativas.
“La salud es un derecho fundamental y es un derecho que no se puede violar, los derechos no se negocian, se exigen y entonces lo que menos puede pasar es que cese los servicios en salud”, dijo el veedor de salud.
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