La oscuridad, el silencio y la soledad cómplice de las noches, arman un complemento perfecto para que las instalaciones educativas en Cúcuta y el área metropolitana se conviertan en salones y espacios para consumidores de drogas y ladrones que atentan contra la educación de los niños más pobres de esta zona del país.
Los robos en los colegios oficiales en Cúcuta se cometen diariamente, afectando el desarrollo educativo de los estudiantes y hasta en ocasiones, la alimentación de los niños que reciben el almuerzo en los colegios.
“Me atrevo a decir que en Cúcuta roban en una escuela a diario”, resaltó Leonardo Sánchez Quintero, directivo de la Asociación Sindical de Institutores Nortesantandereanos (Asinort).
Una de las instituciones más golpeadas por los ladrones ha sido el colegio Rafael Uribe Uribe, con sede en la ciudadela Juan Atalaya, donde, al parecer, el mismo ladrón ha robado en al menos 16 oportunidades en lo corrido del año.
El presunto atracador, conocido como Jhoncito, de al menos 21 años, se ha robado 15 ventiladores, 50 bombillos ahorradores de energía, un DVD, dos ollas de presión, una licuadora, resmas de papel, material de 60 niños de preescolar que incluyen colores, témperas, papel higiénico y hasta mercado de la alimentación escolar, entre otras pertenencias.
Néstor Contreras Gélvez, rector del colegio Rafael Uribe Uribe, aseguró que la descomposición de la crisis social y económica que atraviesa la ciudad refleja estos hechos de los que ha sido víctima la institución que representa.
“Es una problemática social. Uno ve a ese muchacho (ladrón) y quisiera darle de comer y vestirlo, pero es el problema social que hay en muchos lugares, la juventud perdida por las drogas y que no tiene un proyecto de vida”, explicó Contreras.
Aunque la Policía Metropolitana de Cúcuta ha capturado en al menos tres ocasiones al presunto ladrón, recobra su libertad por no darse en flagrancia su detención.
Falta de personal, la principal falla
Entretanto, Sánchez aseguró que desde Asinort se envió un pliego de peticiones al presidente Iván Duque, para que se gire el presupuesto de contratación para los 1.200 administrativos que hacen falta en los colegios de Cúcuta, representados en vigilantes y personal de secretarías, que ayudarían a salvaguardar las instituciones.
“Actualmente el magisterio cumple como docente, aseador y secretario, porque no hay suficiente personal que se dedique a esta labor. Así entonces, el docente en lugar de dedicarse al campo pedagógico, tiene que dedicarse a cumplir con otras funciones que no le corresponden”, aseguró el directivo de Asinort.
Según Asinort, con una contratación valorada en 992 millones de pesos mensuales, los colegios de Cúcuta y el área metropolitana podrían garantizar la seguridad y las funciones que generen el normal desarrollo de los estudiantes.
Aunque los robos son el pan de cada día en los colegios, en los que se pierden cables, ventiladores, computadores, espejos, televisores y hasta mercado, las amenazas y el riesgo contra docentes permean una crisis educativa en Cúcuta y Norte de Santander.
“Esta semana recibí una denuncia por amenazas a una profesora en Convención. La compañera tuvo que viajar a Cúcuta a la espera de una decisión del Comité de Derechos Humanos”, dijo Sánchez.
Por ahora, Asinort espera que el Gobierno contribuya con los recursos para evitar que los robos en los colegios sigan afectando la educación de los estudiantes más pobres de Cúcuta.