Al cabecilla de la red, según sus cálculos, el negocio puede dejarle más de 10 millones de pesos diarios de ganancia.
“Uno ya sabe cuáles son los días y las horas de mayor venta. Yo llegué a tener más de 18 jíbaros regados por diferentes puntos del centro, en los alrededores de los parques Nacional, Colón, 300 Años, Ventura Plaza, avenida Séptima, en fin..., todo era cuadrado por cuadrantes y nadie se puede salir de ese espacio. Quien lo haga, ya sabe que le pasa”, aseguró.
Admite que para no tener problemas con los policías, les entregaban dinero a cambio de su silencio. “Se les tenía una cuota semanal que era entre 500 mil y 700 mil pesos, que repartían entre ellos”.
Según Alfredo, en Sevilla existe la olla (expendio) más grande de Cúcuta, donde no solo venden heroína, sino también cocaína, perico, marihuana y hasta armas. “Eso queda en el canal que pasa por un costado de la iglesia de Sevilla, le llaman olla ‘cuatro canchas’. Allí pasa lo que nadie imagina. A ese sitio llega muchísima gente. Allí consumen, o simplemente compran y se van, pero cuando están en ese sitio hay un bacanal. Allí matan a cualquiera y luego le dan dos o tres bolsas de heroína a alguien para que saque el cuerpo y lo tiré por ahí. Por allá no pasa ni la Policía”.
Pese al relato de Alfredo, las autoridades judiciales soportan su trabajo en las estadísticas que muestran los resultados contra el microtráfico en Cúcuta. En lo que va del año han capturado a 633 personas por porte o tráfico de sustancias sicoactivas, 28 por ciento más que en 2016.
Sin embargo, la Policía Antinarcóticos sostiene que decomisar heroína en la capital nortesantandereana es muy complejo. “Acá se sabe que esta droga viene directamente del Nariño o del Valle del Cauca, pero su movilización no se hace como un cargamento de marihuana o cocaína, en grandes cantidades.
Las redes de narcotraficantes mueven entre 500 gramos o un kilo no más, la mayoría de veces usan personas para que ingieran dediles (recipientes de látex relenos de heroína, que tragan) y así la mueven. Eso nos dificulta aprehenderla; sin embargo este año hemos decomisado seis kilos”, explicó una fuente de antinarcóticos.
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