En marzo de 2024, Cúcuta vivió una de las crisis ambientales más severas de su historia, la presencia del fenómeno de inversión térmica, que en palabras más comunes es la formación de una capa de aire frío atrapada bajo una capa de aire más caliente impidió la dispersión de contaminantes atmosféricos.

Este evento, difícil de predecir, agravó los niveles de material particulado (PM10 y PM2.5), superando los 250 puntos en el Índice de Calidad del Aire, nivel clasificado como “peligroso” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) siendo niveles dañinos para la salud según la Resolución 2254 de 2917del Ministerio de Ambiente.

Así mismo, Corponor declaró la emergencia ambiental en Cúcuta dado que los niveles sobrepasaron los límites de calidad de aire, debido a factores locales como: las emisiones industriales del coque y la arcilla cerámica, el parque automotor público y privado obsoleto, resultado de la baja aplicabilidad de la normativa ambiental por parte de las entidades territoriales y ambientales del departamento y del país, reafirmando la premisa expuesta por autores como Mauricio Rueda, Gloria Amparo Rodriguez, Enesto Guhl Nannetti y Pablo Leyva, entre otros, que han analizado la efectividad regulatoria del país, concluyendo que esta es deficiente y se deben garantizar los procesos para su aplicación.

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Dadas las problemáticas de las industrias de coque y arcilla en la ciudad se han identificado como fuentes críticas de material particulado, siendo las responsables de poner en riesgo la salud de los cucuteños por la gravedad absoluta en la calidad del aire, además de ello, se suma el parque automotor antiguo y el mal sistema de transporte público que sin lugar a duda incrementan significativamente las emisiones de gases contaminantes por ende el aumento de la temperatura media de la ciudad.

Los reportes realizados por Corponor en el 2024, corroboran la angustiante problemática por la que pasa el territorio, sin embargo, se han implementado acciones por parte de Alcaldía de Cúcuta como la suspensión temporalmente de actividades industriales para tratar de mitigar la crisis ambiental de la ciudad, pero mi pregunta como cucuteño hoy es ¿qué ha dejado toda esta situación para la ciudadanía? ¿Cuáles son los resultados que benefician a los habitantes de Cúcuta, quienes registran un deterioro de la salud, que se representa en el aumento de enfermedades respiratorias en niños, jóvenes y adultos?

En calidad de biólogo, veo que la situación en ecosistemas urbanos es más compleja, su afectación por este fenómeno genera una limitantes para la plantas en su fotosíntesis, para las mariposas, aves, murciélagos y anfibios enfrenta según WWF y organizaciones como Clean Air Fund y trópico alto, que por su calidad de indicadores de conservación severas alteraciones en su búsqueda de alimento, desplazamiento y cortejo, difinitivamente el fenómeno de inversión térmica requiere de estrategias claras.

Sumado a esto y desde mi perspectiva profesional de biólogo, la situación se vuelve más compleja dada la fragmentación y deterioro de los ecosistemas que se han viso altamente transformados y el impacto por la falta de conciencia e interés de las entidades territoriales en pro de la conservación y de la biodiversidad urbana, siendo impactados por la dispersión de contaminantes sin barreras o soportes naturales para generar el equilibrio entre la urbanidad y las interacciones biológicas las cuales muchas especies indicadores de grupos taxonómicos de aves, murciélagos, mariposas y anfibios se han adaptado a la expansión y dinámica de la ciudad, lo demuestra la superioridad de dichas especies, las cuales se adaptan y nosotros como comunidad.

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Por otro lado, organizaciones no gubernamentales (ONG) como Clean Air Institute y Pure Earth han advertido que las ciudades sin estrategias claras para proteger la calidad del aire seguirán siendo focos críticos en el escenario global del cambio climático.

Esta crisis evidencia la necesidad de que Corponor y la Secretaria de Ambiente, la Alcaldía y el Ministerio de Ambiente lideren un plan integral de prevención y mitigación articulado con educación e interacción social puede que evite futuras alertas rojas impacten de forma tan severa a la ciudad y sus dinámicas ecológicas.

Por ello y teniendo en cuenta que, en marzo de 2024, Cúcuta enfrentó una grave crisis ambiental debido a niveles críticos de PM10 superiores a 150 µg/m³, lo que llevó al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo a declarar la alerta roja. Corponor advirtió que la falta de vientos y las emisiones acumuladas por industrias y vehículos intensificaron el fenómeno.

En respuesta, la Alcaldía emitió el Decreto No. 170 el 18 de marzo, implementando medidas urgentes como el uso obligatorio de tapabocas, restricciones vehiculares, suspensión de clases presenciales y limitación de actividades industriales, afectando a fábricas de coque y arcilla.

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Posteriormente, el 20 de marzo, el Decreto No. 174 ajustó las restricciones para proteger la salud pública sin paralizar completamente la economía local. Finalmente, el 21 de marzo, la emergencia fue levantada con el Decreto No. 178 tras una ligera mejora en la calidad del aire, aunque las secuelas ambientales y de salud persistieron.

También se lograron identificar las fuentes de la problemática, con algunas soluciones, como la industria del coque y la arcilla cerámica en Cúcuta es una fuente significativa de material particulado PM10 y dióxidos de azufre (SO2), según Corponor. El Ministerio de Ambiente ha sugerido la implementación de tecnologías limpias para mitigar estas emisiones sin afectar los empleos que generan estas industrias.

El parque automotor público y privado dada su obsolescencia en la ciudad es problema relevantes dado que más del 50% de los vehículos carecen de mecanismos para controlar emisiones, lo que contribuye a niveles peligrosos de monóxido de carbono (CO) y partículas ultrafinas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por esta problemática que no solo se presenta en la ciudad de Cúcuta . El Instituto Humboldt destaca que la transición hacia buses eléctricos podría reducir estas emisiones hasta en un 40%.

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Por otro lado, la falta de corredores verdes en Cúcuta agrava la situación. La WWF y organizaciones como Clean Air Fund resaltan la importancia de la infraestructura verde urbana para capturar contaminantes y regular la temperatura. Su ausencia en la ciudad contribuye a la acumulación de calor y partículas.

Para mitigar y prevenir futuras crisis ambientales se propone un plan integral que incluye fortalecer el monitoreo ambiental mediante la ampliación de la red de estaciones y la modernización de equipos, así como la implementación de un sistema de predicción climática basado en las recomendaciones del Instituto Humboldt y Clean Air Institute. Además, se sugiere modernizar el transporte público renovando la flota con buses eléctricos e híbridos y fomentar la renovación del parque automotor privado con tecnologías limpias, con el apoyo del Ministerio de Ambiente.

También es crucial regular y modernizar las industrias de coque y arcilla mediante un plan de transición tecnológica supervisado por Corponor. El desarrollo de infraestructura verde, como corredores urbanos y periurbanos, es esencial para capturar contaminantes y mejorar la circulación del aire, siguiendo las recomendaciones de la WWF y Clean Air Fund.

Finalmente, se deben promover campañas educativas para reducir quemas a cielo abierto y fomentar prácticas sostenibles, además de involucrar a las comunidades vulnerables en la formulación de políticas públicas esto en el marco de la protección del aire que respiramos no solo es un acto de justicia social y ambiental, sino una responsabilidad compartida. Actuar hoy garantiza un futuro sostenible para las generaciones venideras.

Redacción:

Diego A. Carrero Sarmiento | Biólogo, magíster en Entomología e investigador asociado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación

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