Para el coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), las estadísticas que maneja su institución demuestran una disminución en los hechos delictivos en Cúcuta y el área metropolitana, durante el 2017. Sin embargo, la percepción de inseguridad en las calles de la ciudad y sus alrededores sigue siendo grande.
Los hurtos en todas sus modalidades (personas, comercio, residencias y vehículos) se mantienen como el delito que más dolores de cabeza les ha dado este año a las autoridades judiciales.
Según el oficial, pese a eso, los índices de robos señalan una reducción del 16 por ciento, en comparación con 2016.
“Mientras que el año pasado registramos 4.652 casos de hurtos, en 2017 tenemos 4.003, esto es un indicativo de que estamos haciendo bien las cosas, pero debemos mejorarlas aún más”, sostuvo el alto mando policial.
Los homicidios también han tenido una pequeña disminución. Mientras que en 2016 se presentaron 307 crímenes, este año, hasta el cierre de esta edición, iban 297.
Villa del Rosario fue el municipio que más asesinatos registró durante 2017, pues mientras que el año anterior reportó 32, hasta ayer, a las 6:00 de la tarde, se habían presentado 44. “Todo se debe al enfrentamiento entre grupos armados ilegales por el control de las trochas”, aseguró el coronel Barrera.
Y aunque los diferentes delitos disminuyeron, las capturas aumentaron. Así lo indicó el comandante de la Mecuc, quien señaló que durante todo este año se han detenido a 4.686 personas; en 2016 fueron 4.481.
“Lo que sí aumentó considerablemente fueron las capturas de personas de nacionalidad venezolana. En 2016 fueron aprehendidos 234 venezolanos, este año iban 512, lo que significa que se incrementó un 119 por ciento”, señaló el oficial.
Para explicar mejor estas problemáticas que hoy aquejan a los ciudadanos y lo que se viene haciendo para contrarrestar los diferentes delitos, el comandante de la Policía Metropolitana habló con La Opinión:
Pese a la disminución en las cifras de hurto, ¿por qué en las calles hay una percepción de inseguridad tan alta?
Eso se debe al mal uso de las redes sociales. Cada vez que pasa algo le agregan más cosas, editan los videos o les ponen cosas de más; eso genera zozobra en la comunidad. También está que nosotros tenemos un problema muy grande de migración. Cúcuta recibe todos los días 50 mil personas y eso le genera un temor muy grande a la comunidad, aunque debemos decir que no todos vienen a cometer delitos.
¿La llegada de venezolanos ha ayudado a aumentar los delitos?
Sin duda, pero no todo es culpa de estas personas que vienen buscando cómo sobrevivir. Si miramos el total de capturas en la ciudad y el área metropolitana, las detenciones de venezolanos equivalen al 12 por ciento (de las 4.686 que se han dado todo el año). Los cucuteños deben tener presente que no todo venezolano que viene a la ciudad lo hace para delinquir.
Los homicidios también siguen preocupando a la comunidad, ¿qué hacer para frenarlos?
Los muertos por seguridad ciudadana y convivencia son 11, de los 297 que hubo este año. Estos pocos homicidios fueron por hurtar un celular, la moto o sus pertenencias; son casos que nos duelen muchísimo. Los asesinatos restantes fueron por ajustes de cuentas, peleas de territorio entre bandas, contrabando o narcotráfico. El que anda en esa economía criminal tiene dos caminos: o lo capturamos o lo matan, así de sencillo.
¿Por qué Cúcuta es considerado un puerto de la criminalidad?
El primer análisis que hacemos es que acá hay una frontera viva. Tenemos un cambio diferencial muy complejo con Venezuela, por eso somos tan llamativos. Acá sacan droga y meten armas, dinero y contrabando. Por eso es que vemos las constantes peleas entre bandas criminales por extorsiones. También estamos viendo que se volvió a incrementar la vigilancia informal, eso de cobrar $2.000, $5.000 o $10.000 semanal, deja muchas ganancias.
En la calle, la gente a veces pide que el Ejército se encargue de la seguridad, ¿cree que no le tienen la suficiente confianza a la Policía?
Ni el Ejército es Policía, ni los policías somos militares. Todos tenemos un rol muy diferente, lo que pasa es que se requiere de un compromiso de la ciudadanía. Si usted analiza La Parada (Villa del Rosario), allá hay una economía criminal muy fuerte y si eso no fuera así, no habría tantos homicidios en los últimos cinco meses del año (25). Mucha gente patrocina eso.
¿Eso quiere decir que han encontrado obstáculos al momento de querer actuar?
La gente es muy delicada al denunciar y uno entiende eso. La gran falencia que hay es la falta de apoyo de la comunidad a la hora de nosotros querer actuar, sobre todo en sitios como La Parada, donde los bandidos llevan más de 15 años viviendo tranquilamente en esos lugares y la gente les tiene miedo a denunciarlos.
¿Cómo generar confianza en la gente para que denuncie?
Estoy comprometido con eso y soy muy exigente, pues sé que si hay policías que se están prestando para delinquir con esos grupos ilegales, se genera esa desconfianza y menos denuncia la gente. Por eso estoy haciendo un trabajo fuerte en investigaciones internas para echar a esos policías que están delinquiendo. Además, me gusta estar cerca de la comunidad, por eso salgo a los barrios y los visito, para que me cuenten cómo están los policías en esos lugares.
¿Cómo va la desarticulación de estructuras criminales?
Este año hemos desarticulado ocho estructuras de homicidio, ocho de microtráfico, cinco del crimen organizado, cuatro de hurtos de motocicletas, una de carros, cuatro de extorsión, tres de robo a personas, dos de hurto de celulares, entre otras tantas más. Todo esto nos ayudó a bajar esos altos índices criminales que había en la ciudad.
¿Qué le pasa a quien hace justicia por sus propias manos, como se ha vuelto costumbre con los ladrones, por ejemplo?
La persona que haga eso debe pensarlo muy bien, pues incurre en delitos como lesiones personales o tentativa de homicidio y puede ir a la cárcel. Lo mejor es que dejen actuar a la Policía y nos los entreguen, que nosotros los dejamos a disposición de las autoridades competentes. Golpear o linchar a alguien es un problema grave, independientemente del delito que haya cometido. Confíen en sus policías.
¿Qué planes hay para 2018?
La primera tarea será fortalecer la unidad de antinarcóticos de la Fiscalía. Vamos a poner unos analistas en la URI (Unidad de Reacción Inmediata), porque muchas veces se capturan a los bandidos de las ‘ollas’ y a las horas quedan libres. Resulta que esas personas son las que tienen información de quiénes son los que les venden la droga, los que la traen y demás eslabones de la cadena criminal, y ahí estamos perdiendo esa oportunidad que tenemos para desmantelar las estructuras.
¿Habrá más grupos élite?
Nos encargaremos de traer más personal para crear un grupo élite contra el hurto, con el que buscaremos disminuir mucho más este delito que aqueja tanto a la comunidad. La gente se molesta cuando llegan a Cúcuta grupos como estos, pero es porque no están acostumbrados a ser disciplinados, como sucede con el grupo élite de tránsito.