En el barrio Camilo Torres, la comunidad ha estado expuesta a un problema de salubridad desde hace más de ocho meses, lo que tiene desatada la emergencia sanitaria.

Para los habitantes de este sector de la comuna 10, se ha convertido en una pesadilla los olores pestilentes que destilan los pozos de aguas residuales formados en las calles y que hasta ahora no han sido atendidos.

La problemática fue causada por una tubería de alcantarillado que colapsó el año pasado y terminó afectando principalmente a más de 70 viviendas en la calle 17 con avenida 8A y 8.

En esta zona funcionan tiendas, un centro religioso y establecimientos que también han sido blancos de esta situación.

“La gente evita caminar por esta  calle  y eso perjudica nuestra economía”, comentó el dueño de un establecimiento comercial a La Opinión.

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Esta zona también es transitada por vehículos, por lo cual, las aguas residuales depositadas en los baches, entra en las viviendas, indicaron los afectados.

Acciones irregulares

Jairo González, residente del sector mencionó que no es la primera vez que hay un escape de aguas residuales.

“Ese canal se ha dañado más de tres veces, pero ahora se dañó completamente y no se ha logrado arreglar porque esa tubería pasa por debajo de varias viviendas”, aseguró.

Asimismo, también se conoció que algunos residentes de los barrios aledaños, hicieron conexiones irregulares a este alcantarillado años atrás, lo que influyó en que este mismo colapsara.

“El canal no estaba diseñado para almacenar grandes cantidades de aguas  residuales, por eso se dañó”, dijo Rodolfo Arias, otro de los afectados.

Por otro lado, esta emergencia sanitaria también perjudica a los adultos mayores, ya que durante las noches se realizan reuniones del adulto mayor, dejándolos expuestos a contraer enfermedades.

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Sin negociaciones

 Un factor que ha contribuido a que la situación se torne complicada, es la negativa de una propietaria que reside en la zona donde se reportó el daño.

Lo anterior se debe a que esta mujer se ha negado a que se realice una intervención, pues teme que le causen daños en su propiedad.

“La negativa de la propietaria nos está afectando a todos, solo queremos que la situación mejore”, dijo un  vecino.

El panorama para la comunidad hasta el momento es desalentador, pues los malos olores priman en sus hogares, sus calles están llenas de aguas negras y aunque han tratado de darle una solución, siempre se presentan obstáculos.

Un proceso tedioso

Según los residentes, el desinterés de Aguas Kpital ha hecho que la situación se agrave.

“Se han enviado derechos de petición a la empresa de acueducto y alcantarillado y aún estamos esperando una respuesta”, aseveró Luis Osorio, residente del sector.

Osorio fue enfático en mencionar que el proceso para dar a conocer el daño fue una completa odisea, pues los funcionarios que lo atendieron al principio se mostraron renuentes.

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“Cuando se hizo el reporte de la situación, la respuesta siempre era: ‘no hay sistema’, mientras a nosotros nos tocaba vivir entre los desechos”, dijo.

Esto ha generado indignación entre los habitantes quienes le están exigiendo a la entidad que intervenga de manera inmediata.

En revisión

La Opinión se contactó con la empresa de Aguas Kpital y conocer cómo avanzaba el proceso de esta emergencia sanitaria.

La entidad aclaró que la problemática se está presentando en una red de servidumbre, sin embargo, “se hará una revisión y de esa manera establecer cuáles son las medidas pertinentes para dar una respuesta oportuna”.

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