Un grupo de estudiantes de Ingeniería Agronómica perteneciente al Semillero de Investigación y Extensión en Silvicultura Urbana y Paisajismo (Siespa) de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS) creó un proyecto para proporcionales refugio a abejas y avispas solitarias nativas, las cuales no producen miel, no son de colmena, pero cumplen una labor vital en la polinización de las plantas.
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El objetivo es garantizarles a ellas y a otras especies solitarias su protección, así como un lugar para alimentarse y reproducirse.
Bajo el liderazgo del profesor Evaristo Carvajal Valderrama, ingeniero agrónomo de la UFPS y director del semillero Siespa, los estudiantes construyeron e instalaron 3 ‘hoteles’ en el vivero Casa Malla que tiene la universidad.
“Esta idea la percibí en el Valle de Aburrá, en Medellín, que es pionera en sostenibilidad ambiental en Suramérica. Yo vi eso y dije, hay que hacerlo acá también. Allá establecieron 10 hoteles en los municipios para rescatar a abejas solitarias que son nativas y que están en vía de extinción”, mencionó el docente.
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Carvajal detalló que las abejas solitarias nativas se están extinguiendo, lo que es preocupante, ya que el 75 % de los alimentos que consumimos son producto de los servicios ecosistémicos que ofrecen las abejas al ser polinizadoras.
¿Cómo se construyeron?
Los ‘hoteles’ consisten en cajas tipo “casa” con dimensiones de 45 centímetros de ancho y 55 centímetros de lado y techado, construidos con material reciclable.
El profesor detalló que, aprovechando que en la universidad tenían varios pupitres que ya no se usaban porque estaban deteriorados, utilizaron esa madera para hacer el diseño de los 3 ‘hoteles’, los cuales cuentan con varios compartimentos rellenos de material específico que sirven de refugio y hospedero como cañas de bambú, pedazos de ladrillo perforado y de corteza seca de árboles, piñas de pino, hojas secas de palma, pasto y guadua.
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“Los palos secos de madera están perforados para que las abejas puedan hacer sus nidos y los ladrillos también tienen huequitos con hojas secas para lo mismo. A las casitas les colocamos una mallita para proteger todo el material que tienen y pues por ahí igual pueden ingresar las abejas, avispas, mariquitas y hay moscas que también son polinizadoras”, añadió Carvajal.
Se espera que los ‘hoteles’ también puedan albergar a otras especies que no solo son polinizadoras, sino que también sirven como depredadoras de plagas de cultivo tales como libélulas, mariposas, grillos, chinches, crisopas, saltamontes y salamanquesas.
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“La idea es hacer 3 hoteles más para la sede de la universidad que está en Los Patios, pero también pueden establecerse en fincas, por ejemplo, ya que no solo llegan especies polinizadoras, sino que como también van a llegar depredadores, entonces ellos se comen las plagas que encuentren en las plantas y podremos tener cultivos libres de plaguicidas”, comentó el profesor.
El ingeniero precisó que en el momento en que la primer abeja o avispa solitaria llegue al refugio, poco a poco se irán acumulando más, por lo que, en conjunto con los estudiantes harán un monitoreo a través de fotografías para identificar cuáles especies son y cuántas pueden establecerse allí.
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Llegar a otros municipios
Carvajal detalló que el objetivo es que este proyecto de la UFPS se convierta en un piloto para poder aplicarlo en otros sitios de la ciudad y, al igual que en Medellín, llegar a otros municipios.
En este sentido, buscan fomentar también una cultura ambiental que permita la cercanía e interacción entre la comunidad y estos insectos fundamentales para la sostenibilidad ambiental.
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“Queremos hacerlo en otros municipios, pero si en la ciudad hay colegios o lugares donde quieran que los implementemos, se pueden comunicar con nosotros y podemos dar charlas y sensibilizar a las personas sobre esto. Los materiales son fáciles de conseguir porque son reciclables y los podemos hacer de manera práctica”, dijo el maestro.
La especie más importante del mundo
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha calificado a las abejas como la especie más importante del mundo, tanto así que, en busca de crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, declaró el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.
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Se calcula que alrededor de 25.000 especies de plantas dependen de una abeja que transporte el polen para su fecundación; por lo que la agricultura y la producción de alimentos soportan su cadena en la acción de este insecto.
En Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura se registran al menos unas 550 especies de abejas, cifra que se considera subestimada, pues se calcula que el número podría ascender a 1.445 especies, situando al país entre los primeros lugares en número de especies en Latinoamérica, junto con México y Brasil.
El inventario de especies de abejas está aún en proceso, y se calcula que falta por conocer un 60 % de las especies del país.
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