Productores, fabricantes y comerciantes de la frontera colombo-venezolana, interesados en importar o exportar productos, siguen expectantes a las actividades de intercambio comercial que puedan darse entre los dos países, un mercado que para el 2018 llegó a facturar 7.200 millones de dólares, cifra que se desplomó a 300 millones en 2020.
Lea también: Campesinos de El Tarrita están a la deriva, tras un mes del desastre
El intercambio creció alrededor de 728 millones de dólares al cierre de 2022 en la zona fronteriza entre San Antonio del Táchira y Cúcuta, desde la reapertura pactada por los Gobiernos de Colombia y Venezuela el 26 de septiembre de ese mismo año, y aunque hay una nueva oportunidad, y el comercio en los últimos meses demuestra un crecimiento continuo en valores representados en mercancías exportadas e importadas, es claro que exportar a este país no está exento de desafíos y riesgos.
Según el economista y profesor de la Universidad Simón Bolívar, Christian Méndez, los exportadores colombianos se enfrentan a la incertidumbre de no recibir pagos en tiempo y forma. “La expectativa es que siga aumentando el comercio bilateral. Considero que el pago anticipado de las exportaciones es un tema clave y fundamental que debe ubicarse en la agenda pública, pues existe cierto temor en muchos empresarios locales y nacionales, en esa dinámica del comercio bilateral”.
La situación política, económica y social que atraviesa Venezuela plantea importantes barreras para las empresas colombianas que buscan expandirse en ese mercado. Uno de los principales riesgos de exportar a Venezuela es la volatilidad económica. También lo es la hiperinflación, la devaluación de la moneda y la escasez de divisas, que dificultan las transacciones comerciales.
Lea además: Preocupación por distribución de licor adulterado en Norte de Santander
Ahora bien, la infraestructura deficiente y la inseguridad en las vías de transporte también constituyen un riesgo para las exportaciones hacia Venezuela. Los problemas en carreteras, puertos y aeropuertos dificultan la logística y aumentan los costos de envío. Además, la inseguridad en algunas regiones puede poner en peligro la integridad de los bienes y la vida de los trabajadores involucrados en el proceso de exportación. Es por eso que se deben tomar medidas y gestionar de manera adecuada los riesgos al exportar o importar.
El profesor de la Unisimón aseguró que la reapertura de la frontera significó que se pudiera ampliar la demanda de bienes que se consumen en el territorio colombiano, como alimentos y medicinas; también dijo, se están abriendo oportunidades para el sector manufacturero, el de los insumos agrícolas y materiales de ferretería, entre otros, siendo estos mercados los que deberían aprovecharse.
Otro riesgo significativo es la falta de seguridad jurídica. La ausencia de un marco legal estable en Venezuela dificulta la protección de los derechos de propiedad intelectual, los contratos y las inversiones. Por ello, las empresas exportadoras deben adaptarse rápidamente a los nuevos escenarios y regulaciones, lo que implica también un mayor riesgo y una menor previsibilidad. Sin embargo, está claro que es una oportunidad clave para el comercio local, porque permite fortalecer particularmente una actividad económica interna como es el comercio de bienes y servicios al por mayor y al por menor.
Entérese: ¿Cómo evitar la sanción, si no alcanzó a renovar su licencia de conducir?
De acuerdo con lo anterior, la directora del programa académico de Comercio y Negocios Internacionales y la Especialización en Logística y Negocios Internacionales de la Universidad Simón Bolívar, Karen Carrillo Güecha, asegura que minimizar los riesgos es fundamental y hace un llamado a las empresas y usuarios aduaneros a reducirlos. Por ello, invita a realizar un análisis exhaustivo del mercado y establecer una estrategia sólida de gestión de comercio seguro. Aquí, algunos consejos.