Las cinco veces que Brasil fue sede de la Copa América las ganó. El anfitrión no está dispuesto a que esa racha exitosa se corte en 2021, y menos aún si el que pretende cerrarle el camino es la Argentina de Messi, el archirrival que busca terminar en el Maracaná con una impiadosa sequía de 28 años sin títulos.
Ninguna selección pudo hasta ahora arrebatarle la Copa a Brasil en casa, más de la mitad de los 9 títulos que conquistó en total, cinco menos que su adversario histórico.
Pero Brasil sufrió una derrota histórica en el Maracanazo contra Uruguay en el Mundial de 1950 que dejó secuelas y no está dispuesto a que nuevamente y esta vez su gran adversario sea el que intruse la ciudadela de Rio de Janeiro.
Sin embargo, el centrocampista Casemiro, una de las figuras de la seleçao, advirtió sobre el poderío de su rival.
"Argentina no son solo Lautaro (Martínez) y Messi, no podemos hacer énfasis solamente en ellos dos. Son jugadores de gran calidad, jugadores del más alto nivel mundial. Pero si Argentina llegó a la final fue por el grupo, tenemos que respetar eso", dijo el volante del Real Madrid este jueves.
Messi, con 4 goles, es el goleador hasta ahora de la Copa América 2021 y Martínez es su escolta con uno menos.
El defensa brasileño Marquinhos definió con certeza la trascendencia del superclásico sudamericano.
"Brasil y Argentina va mucho más allá de un simple partido de fútbol (...) Estas camisas hicieron parar al mundo para ver sus partidos, creo que eso representa la historia de un Brasil-Argentina", señaló, destacando los grandes jugadores de ambas selecciones como Pelé, Zico, Maradona o Messi.
Entre esas megaestrellas, Pelé y Maradona nunca han ganado una Copa América y tampoco hasta ahora Messi y Neymar. Pero el sábado el argentino o el brasileño romperán ese raro equilibrio.
Las rarezas de un partido único se acumulan. Argentina es el más urgido por ganar el título que se le negó a su capitán en Venezuela-2007, Chile-2015 y Estados Unidos-2016.
Volver al Maracaná
Brasil, primero, y Chile en las dos últimas ocasiones dejaron a un Messi frustrado, sin ánimos de seguir peleando por un título, pero el capitán albiceleste de a poco se recuperó y ahora luce en forma para encarar una nueva aventura en el Maracaná.
La primera, en el Mundial-2014, también terminó en frustración. Argentina dejó ir su tercer título mundial en el minuto 113 del alargue ante Alemania (1-0) en el mítico recinto carioca, una oportunidad que muchos dudaban que se volviera a repetir.
Pero más viejo que el fútbol es el dicho de que el fútbol siempre da revancha. Y no por trillado deja de ser cierto.
A sus 34 años, a Messi se le acaba el tiempo; a su amigo Neymar, con 29, le quedan balas en el cargador para seguir probando, si el sábado no lo consigue.
¿El partido que nadie quiere jugar?
Otro lugar común en el fútbol es creer que a nadie le interesa el partido por el tercer puesto que en esta edición jugarán Colombia y Perú el viernes en Brasilia.
Aunque sin recompensas, termina más feliz el torneo el ganador del tercer puesto que el perdedor de la final.
Dos veces Messi fue expulsado con la casaca albiceleste: la primera en su debut en 2005 en un amistoso ante Hungría en Budapest, la segunda en un caliente partido con Chile que se jugó a cara de perro por el tercer puesto en Brasil-2019.
Colombia y Perú han protagonizado juegos de muy buen nivel en sus respectivas semifinales ante Argentina y Brasil.
El conjunto cafetero fue eliminado en la tanda de penales tras unos 90 minutos que jugó de igual a igual con Argentina, con un desempeño superlativo de su extremo Luis Díaz.
De su lado, Perú dejó atrás los experimentos superdefensivos al inicio del partido con Brasil y en la segunda etapa pudo haber dado el batacazo en el Nilton Santos de Rio de Janeiro.
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