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Yerbas contra el animalejo
Aprendí al lado de mi mamá y de mi nona, que las hierbas tienen poder curativo.
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Miércoles, 11 de Noviembre de 2020

Aprendí al lado de mi mamá y de mi nona, que las hierbas tienen poder curativo. La flojera de estómago, la gripa, la tos, el ahogo (chillidos de flauta al respirar), la falta de apetito, el salpullido, la alferecía, todo se curaba con yerbas que se cultivaban en todos los solares. No había casas sin solares grandes, donde estaban la huerta casera (perejil, cilantro, tomate, cebolla), árboles de sombra, pájaros  y frutos, y al lado de la cerca de palo, las plantas medicinales.

No había médicos, ni enfermeras, ni droguerías. Había mediquines que leían la corriente para saber la enfermedad de los enfermos. La corriente era un forma extremadamente decente en lugar de decir la orina. El mediquín o mediquiina tomaba el frasco con la corriente, recogida en ayunas,  lo sacudía y lo analizaba a la luz del sol. Luego formulaba jarabes, menjurjes, gotas, todo a base de plantas.

   No sé si sería la fe, pero los pacientes sanaban y los viejos morían de viejos. El sepulturero tenía poco trabajo y debía buscar otros oficios. Con el progreso llegaron las droguerías, médicos a hacer su año rural, enfermeras de delantal blanco y gran corazón, y llegaron las droguerías, Fue el vuelco hacia la medicina moderna, se acabaron los mediquines y en los solares ya no se cultivaron plantas medicinales.

Después de un tiempo volvieron a aparecer las plantas como elemento curativo y ahora se habla de medicina alternativa. Se idearon las tiendas naturistas en competencia con las droguerías, y en las ciudades abundan los médicos naturistas en competencia con los doctores de la medicina clásica.

A raíz del Covid 19 que nos azota, las redes sociales han puesto a circular remedios caseros contra el virus, pero también se escuchan voces en contra, y entonces uno ya no sabe a qué atenerse. Yo en eso, ni lo meto ni lo saco, pero leo de todo, sonrío a veces y a veces me preocupo.

 Hace poco leí por wassap unos consejos de algún médico, que paso a transcribir, y que cada quien saque sus propias conclusiones.  Dice el autor en algunos apartes:

“ …Así que cuídense mucho y sobre todo a sus hijos y demás seres queridos, y no crean en tantas soluciones falsas que se promueven en la redes. Si algo de eso funcionara, crean que ya no habría una sola persona más que se enfermara o al menos por esta causa, y tampoco seguirían ocurriendo tantas muertes. Lo cierto es que hasta ahora ni el caldo de chulo, ni el agua de calzón, ni el jugo de naranja con 7 huevos crudos trasnochados, ni el calostro, ni el té de 7 hierbas, el extracto de guaraná, la moringa, la mora azul, el jugo de lulo, la piña en agua salada, el agua de alpiste, la inhalación de vapor de agua caliente, los gargarismos con limón y sal o con vinagre, la dieta alcalina, el jugo de noni, la inhalación de eucalipto o de metano o nicotina, el consumo de artemisa, el jengibre, la miel de abejas caliente, el ajo machacado en las axilas, el inmunocal, el dióxido de cloro, el cloro, la aspirina, las nebulizaciones con plata, el adrenocomo etc, han demostrado tener un efecto protector o curativo…”

¿A quién le creemos? Lo único cierto en este berenjenal, es que el hijuetantas virus existe y que mata gente, sin diferencias de edad, religión, condición social o política.  El virus y la muerte hicieron una sociedad de hecho, y andan por las calles a la pata de los desobedientes y culiprontos. ¡Con hierbas o sin yerbas, que Dios nos ampare!

gusgomar@hotmail.com

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