Uno de los indicadores inequívocos del desarrollo de los países, lo constituye el grado de fortaleza de su capacidad empresarial. Cuando existe una vocación de empresa consolidada, y éstas están en capacidad de crecer de manera efectiva, podemos comprobar con facilidad que existe también una base importante de aportantes tributarios, un esquema de manejo de insumos que jalona el aparato productivo, una fuente apreciable de generación de empleo y una dinámica de consumo que contribuye eficazmente al impulso de la economía.
Esta es la razón por la cual preocupa que el indicador de creación de nuevas empresas en Colombia esté decayendo significativamente, pues las cifras nos indican que en el tercer trimestre de este año ocurrió una caída del 61%, frente al mismo periodo del año anterior, que venía de una descenso del 67%, en el mismo trimestre de 2022.
En Bogotá, en donde se mueve la gran base empresarial, la caída fue del 16%, y si miramos por sectores, el manufacturero tuvo una caída del 41% y el comercio experimentó una cifra parecida.
Estos datos merecen análisis, y desde luego acciones inmediatas que se deben emprender, para poder recuperar el terreno perdido y para poder darle herramientas eficaces a la economía para que se mueva en la dimensión que debe hacerlo de tal manera que se experimenten los aportes que es necesario registrar para que el crecimiento económico en general reciba los beneficios.
Así como fue posible estructurar el gran acuerdo por el crédito para impulsar el sector de la construcción, que produjo una enorme expectativa llena de buenos augurios, y que significó la identificación de recursos importantes para cumplir con el propósito trazado, sería altamente conveniente que también se configurara un gran acuerdo para impulsar la creación de nuevas empresas, para lo cual se hace necesario la identificación de todas las causas que han llevado a que esos lamentables bajonazos se presenten, para que sea posible actuar sobre las falencias claramente evaluadas.
En materia de creación de empresas, cualquier esfuerzo es significativo, no solo es importante crear conglomerados grandes, sino también pequeña y mediana empresa, y también microempresa, pues éstas suelen comenzar por un esfuerzo unipersonal, que más tarde involucra a la familia, para después comenzar a demandar vinculación de la fuerza laboral disponible.
Y, por último, es necesario también hacer el examen de las empresas que han desaparecido, las que están en dificultades y aquellas que se encuentran estancadas, pues ese ejercicio permite identificar acciones creativas y eficientes para atacar el problema.
En todo ello, el esfuerzo debe ser mancomunado, con la participación de todos los involucrados, pues solo así será posible hacer la tarea como efectivamente corresponde.
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