Señoras y señores:
Tengo el gusto de presentarles a la pareja del momento: Nacho y Liliana.
Nacho es un pintor y Liliana es escritora.
Pero Nacho también escribe. Y Liliana también pinta.
De modo que, como ustedes se darán cuenta, no se trata de una pareja cualquiera, sino de un dueto de artistas.
Pero lo más importante es que acaban de ganar un premio nacional, muy apetecido entre los que se dedican a la expresión artística.
Liliana y Nacho se conocieron en la Asociación de Escritores de Norte de Santander, hace muchísimos años.
Liliana llegó a una tertulia literaria, que se desarrollaba en Fenalco, y pidió un espacio para leer algunos de sus poemas.
Hizo apagar las luces, prendió un círculo de veladoras y se ubicó en medio de ellas para iniciar la danza de los siete velos, al estilo oriental, con una sugestiva música de fondo, mientras iba declamando sus poemas. Fue una noche maravillosa.
Años más tarde se conoció con Ignacio Cáceres, un pintor-poeta más conocido como Nacho, y entonces todas las danzas y los velos fueron para él. No así sus poemas que son para todos quienes nos preciamos de ser sus lectores y admiradores de su poesía.
Pues bien. Liliana y Nacho juntaron corazones y sueños e ilusiones, y echaron a andar por un mismo camino, pero pensando no sólo en ellos, sino en la gente de su entorno.
Crearon una asociación cultural, llamada Casa de piedra, y desde ella comenzaron a irradiar su labor cultural, fijándose, sobre todo, en las gentes con mayores debilidades económicas, físicas y sociales.
Trabajan con ciegos y les enseñan a pintar, a escribir versos y a que superen con optimismo su difícil situación. Organizan actividades culturales y se van por las instituciones en busca de apoyo para seguir ayudando a quienes, en verdad, necesitan ayuda.
Hace poco supieron que el Ministerio de Educación Nacional había abierto una convocatoria para quienes dedicaran sus actividades culturales a servir a los demás. Mejor, dicho, como anillo al dedo. Concursaron a nivel nacional y ganaron.
Ahora están más felices que puerco estrenando lazo, porque hacerse acreedores a tan meritorio premio, no es cosa de soplar y hacer botellas. Es el fruto de un trabajo que Nacho y Liliana vienen realizando hace varios años.
Lo han dado todo y es justo que se les reconozca su empeño por lograr una mejor cultura para todos.
Siendo así las cosas, señoras y señoras, cuando ustedes oigan hablar de Liliana y de Nacho, ya saben que son una pareja de artistas, ella nacida en Bogotá, pero cucuteñizada, que decidió cambiar, desde muy niña, su habladito rolo y el frío de las alturas por el calor de Cúcuta y el acento de los toches, que seguramente le aprendió a Nacho, ese sí cucuteño de cuerpo entero.
Y sabrán ustedes que ellos acaban de ser los ganadores del premio “Reconocimiento para el fortalecimiento de la inclusión social desde la cultura para población con discapacidad”. Como quien dice, cualquier tochadita.
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