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Un mundo inédito
Maduro y sus secuaces también podrán esperar que la presidencia gringa cambié de manos.
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Sábado, 4 de Abril de 2020

Con base en los Acuerdos de Palermo, donde los países firmantes acordaron como adelantar la lucha contra el crimen organizado transnacional, firmado también por Cuba y Venezuela, Estados Unidos caracterizó al régimen chavista hoy en el poder en Venezuela, como un grupo de esas características, conocido como el cartel de los soles, por la implicación de la cúpula militar en el mismo. Algunos consideran la acusación de la justicia estadounidense como una jugada política a siete meses de la elección presidencial de ese país, desconociendo la separación real del poder judicial del ejecutivo en la potencia norteamericana, que en cambio en Venezuela se funden en un solo “poder popular”, bajo manejo de un “jefe de familia”. 

Lo que sí queda claro es que el proceso abierto por la justicia estadounidense si acaba con cualquier posibilidad de “solución negociada del conflicto”; se quemaron las naves. Y la situación venezolana es la peor de su historia, pues a la crisis política, se suma la crisis de los servicios públicos, con cortes de luz constantes y agua con suministro eventual, así como la escasez de combustibles y los riesgos sanitarios por la casi inexistente recolección de basuras, sin contar con la escasez crónica de suministros del sector salud. Todo lo anterior, con una pandemia en desarrollo hará que el caso Venezuela entre al mundo del infierno de Dante. 

Si esto va a tumbar el régimen desde adentro, es algo que depende, como sabemos hace tiempo, de la “lealtad” de las tropas al cartel, lo cual a su vez depende de dos factores: el primero, de lo bien que vayan los “negocios” del cartel, el cual se verá afectado por el cierre de fronteras y el aislamiento, y el segundo factor es cuánto tiempo podrán los cubanos seguir controlando los cuarteles en medio de una pandemia. 

Una intervención externa es menos probable, pero estar vinculado a un caso de la justicia estadounidense es una espada de Damocles de largo plazo, y las recompensas, son algo que hacen debilitar lealtades. La entrega de dos militares que estaban en el exilio, uno en Colombia y el otro en España, de los más buscados del cartel, horas después de anunciarse el indictment, es un buen indicador de lo que puede ser el futuro. Usualmente lo que sucede en estos casos es que la dictadura se vuelve paranoica y empieza a ver enemigos en todos los que lo rodean, iniciando purgas masivas, que generan más enemigos, algunos de los cuales buscarán ayuda en el “imperio”. Y con el petróleo fluctuando alrededor de los 30 dólares, para el régimen madurista se creó la tormenta perfecta.

Que tan leales permanecerán los cubanos es algo que veremos, pues las veces que los gringos han querido vincular a los Castro con los narcos, estos han hecho gestos “heroicos” como el fusilamiento del general Ochoa y tres más, en un “juicio” espectáculo. De golpe los cubanos buscarán otro acto heroico, pues con ellos nunca se sabe.

Y en cuanto a Colombia, el expediente registra la unión entre el cartel venezolano y la narcoguerrilla de las farc, que antes del “proceso de paz”, durante el mismo y después de eso, han traficado con narcóticos a gran escala, algo que muchos saben, excepto las cortes colombianas que se aliaron para sacar de la cárcel y evitar la extradición de uno de los cabecillas de la narcoguerrilla, el falso ciego Jesús Santrich, que junto con su socio Iván Márquez, están vinculados al proceso. ¿Buscarán usar la justicia transicional colombiana para evadir el cerco gringo? Es posible. ¿Qué harán los gringos con eso? Amanecerá y veremos. Yo de los magistrados colombianos no me arriesgaría. ¿Y qué pasará con el nuevo “comando central fariano” con personajes de la calaña del paisa y Romaña, que por lo que se sabe, aún no están vinculados al proceso?

Maduro y sus secuaces también podrán esperar que la presidencia gringa cambié de manos y llegue a la presidencia el demócrata Biden, vicepresidente del expresidente Obama, quien tiene tan buena prensa como pobre gestión. Biden no es Obama, pero una vez más, la justicia gringa es independiente del ejecutivo y el proceso seguirá. Lo que es seguro es que cualquier opción de uso de fuerza militar se disiparía, pero no se detendría la acción judicial, y el ejecutivo se vería limitado a actuar por dentro de esa camisa de fuerza.

El riesgo real es qué pensará hacer Trump con Venezuela si se convence que eso lo va a ayudar con el voto cubano-venezolano y latino, el cual deberá escoger que es peor, si la política anti-inmigrante o seguir con el virus del castro chavismo. Lo que es claro es que de aquí a noviembre la presión sobre el cartel de los soles va a llegar a su máximo nivel, y ya empezó con movimientos militares. Inicia con Venezuela un nuevo juego desconocido para todos, y como tal nadie sabe en qué terminará, como la pandemia del Covid 19. Estamos entrando a un mundo inédito. ¿Y en Cúcuta, que piensan de esto?

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