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Turquía importa
Es Turquía, una nación vieja como el hombre, imperio de mil batallas, fuente de abundante migración de la que Colombia pudo beneficiarse durante el siglo XX
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Jueves, 18 de Mayo de 2023

¿Dónde se puede inaugurar una planta nuclear con tecnología rusa, operada por Rosatom y al mismo tiempo exportar a Ucrania drones para enfrentar los sangrientos ataques de Putin a civiles? Todo esto con credenciales de veterano de Corea, miembro de la OTAN que tiene F-16 norteamericanos y también armamento ruso pesado. Que aumenta su dependencia energética de Moscú mientras todos los desarrollados occidentales la disminuyen. Ese Estado lidia por igual con la “amenaza terrorista” kurda, monta un operativo exitoso contra el nuevo líder de ISIS y condiciona al fin del apoyo a los kurdos de Finlandia y Suecia, su acceso estratégico a la OTAN. En la confusión occidental sobre su verdadera identidad, logra de Rusia el acuerdo para reabrir la venta y transporte de granos centroeuropeos por el Mar Negro, Dardanelos, Mediterráneo y Suez, en momentos en que la cadena alimentaria estuvo severamente amenazada.

Es Turquía, una nación vieja como el hombre, imperio de mil batallas, fuente de abundante migración de la que Colombia pudo beneficiarse durante el siglo XX. Los “turcos” ejercieron la política con éxito y los negocios con prosperidad, a veces al mismo tiempo, huyendo del descuadernado país que dejó el nuevo equilibrio de poderes en Eurasia después de la Primera Guerra. El secular Imperio Otomano, derrotado y empequeñecido, dejó paso a una república autoritaria, unida y herida que reconstruyó el general Ataturk con mano fuerte y exitosa.

A pesar de medio siglo de golpes militares, Turquía prosperó hasta el punto de intentar su ingreso a la UE, sin éxito. Las monedas y billetes turcos se parecen a los euros. El comercio con EEUU y la UE es igual al que tiene con Rusia, unos 70.000 millones de dólares por año. Hasta las urbes, costumbres y moda se prepararon para el ingreso a Europa. Los derechos femeninos tuvieron impulso. El no ingresar causó frustración y resquemor.

Llegó entonces Recep Tayyip Erdogan a liderar, cambiando un régimen parlamentario, a la europea, por otro presidencialista en cabeza suya, con períodos de 5 años y debilitando el debate político. Gana fuerza el Islam en las políticas públicas, pierden libertades las mujeres. Las Fuerzas Armadas se convierten en las segundas más grandes de la OTAN y su injerencia en las instituciones aumenta con la excusa de los kurdos que, si bien acudieron inaceptablemente a la violencia, es fruto de la represión a un pueblo no árabe de cincuenta millones de musulmanes sunitas, que lucha por su reconocimiento étnico, geográfico y religioso y que está presente también en Siria, Irán, Armenia, Azerbaiyán e Irak, desde los tiempos de persas y medas. Kurdo significa héroe. A pesar de los intentos de entreguerras por reconocerles su propio estado las grandes potencias traicionan el apoyo kurdo a los Aliados en la II Guerra.

A la Putin, Erdogan lleva veinte años de autoritarismo como Primer Ministro y Presidente, defiende el regreso del poder regional Otomano, es enemigo de Grecia y se ha mostrado irreductible en su negativa a negociar el final de la división de Chipre. Erdogán se ha radicalizado, derrotado por el manejo del terremoto que dejó 50.000 muertos y por una inflación del 44%, cansando a jóvenes y mujeres que se ven en el espejo de Irán. Si llega el hierático Kemal Kilicdaroglu, opositor progresista, laico y más occidental, sobreviviente de un atentado de ISIS, otro de los kurdos y dos en manifestaciones de campaña, se mueve el andamio geopolítico aunque se mantenga una política exterior ecléctica, de equilibrio de fuerzas, orientada a la economía.

En las elecciones ayer y en la segunda vuelta, están los intereses turcos. También los europeos, sirios, iraníes, rusos, chinos y de los EE. UU.

Con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía, y Suráfrica, Colombia formaba los CIVETS, competencia de los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estos últimos ejercen. Los otros, cayeron en el olvido de nuestra vacía política exterior del último lustro.

(*)Exministro

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