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Se apagó una voz
La enfermedad pandémica lo sorprendió trabajando por lo que consideraba justo de acuerdo con su sentir y pensar.
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Domingo, 28 de Febrero de 2021

Las noticias que provienen de muchos lugaresP del mundo y de aquí mismo nos dan cuenta del descenso en las cifras de contagiados y muertes por el coronavirus, dando la impresión que estamos próximos a terminar esta crisis que no solo ha sido en lo que tiene que ver con la salud sino también en lo económico. Quisiéramos pensar que efectivamente es así y que el fin de la pesadilla está cerca. Muchos son los análisis realizados a estas cifras, sin que se haya definido de manera concreta el quid de este asunto, parece que son varios eventos los que han contribuido a este resultado parcial. 
 
Mientras tanto lo más prudente es continuar con las medidas de protección que han resultado efectivas, sobre todo el distanciamiento saludable y el uso de tapabocas. Además se deben retirar las acciones que ya probaron su baja eficacia a la hora de contener la expansión del virus, tal como la toma de temperatura, rociar con sustancias antisépticas zapatos y ropa, el uso de tapetes y alguna otra. Al tiempo que esperamos el turno para la vacunación, la cual definitivamente impactará el curso de la pandemia. 
 
Entre tanto y producto de los daños irreparables que sufrió su organismo a causa de la infección por el mencionado virus, falleció el periodista Herbin Hoyos, conocido por su tenacidad en la lucha a favor de los derechos de los secuestrados, empezando por su libertad y el respeto a la vida. Su forma mejor conocida para dar la pelea por quienes estuvieron privados de la libertad arbitrariamente, fue su programa radial “Las voces del secuestro” que sirvió durante muchos años de aliento para quienes estaban retenidos en lugares remotos y se constituyó en hilo conductor para que viajaran los mensajes enviados por las angustiadas familias de quienes estaban cautivos. 
 
El programa radial se emitía en las madrugadas de los días sábado sin interrupciones, aun cuando este comunicador estuvo exiliado en España porque fue amenazado de muerte. Esas voces salieron del aire sin que se hubiera cumplido uno de los más caros anhelos que tenía el periodista graduado en la universidad Complutense de Madrid, que todos los secuestrados hubieran logrado su libertad y que ese oprobioso acto delictivo desapareciera en Colombia. 

La enfermedad pandémica lo sorprendió trabajando por lo que consideraba justo de acuerdo con su sentir y pensar, no dio su brazo a torcer, fue consecuente con sus convicciones y eso hay que reconocerlo; pocos como él han sido tan solidarios con quienes estuvieron secuestrados, por eso mismo quienes pudieron retornar a la libertad han manifestado su pesar y dolor destacando su valentía y agradeciendo la ayuda en momentos tan dramáticos para ellos. 
 
Todavía tenemos camino por recorrer en esta pandemia y habremos de lamentar más muertes como la de Herbin Hoyos. No sobra recordar que debemos cuidarnos con el mismo rigor de los días precedentes, sin bajar la guardia, por el bien personal y de todos los que componen nuestro núcleo familiar y social.  
   
jorgepabonl@yahoo.com 

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