Recientemente se celebró el Día de la Virgen del Carmen y como es costumbre, salieron caravanas conformadas principalmente de vehículos que prestan servicio público, desde diferentes puntos de la ciudad, con el propósito de celebrar el día del conductor.

La veneración a esta Virgen, es una antigua costumbre que data del año 1.251, siendo su origen Israel y son muchos los países que le guardan devoción, aunque Colombia es el único país que la tiene como patrona de los conductores.

Es curioso ver en los desfiles, vehículos de todo tipo, muchos de ellos activando sus bocinas para llamar la atención y no entiendo qué los impulsa a incomodar a los demás conductores y transeúntes, porque es realmente incómodo ir detrás o delante de un camión que utiliza aire comprimido para generar estruendosos sonidos por largos intervalos de tiempo.

En España es la patrona de los pescadores; en Venezuela y Argentina la del ejército; en Perú la del criollismo y así sucesivamente, entonces: ¿de qué forma celebrarán los pescadores su fiesta patronal?

Las creencias y cultos merecen todo el respeto, aunque en lugar de hacer sonar las bocinas y consumir cerveza, deberían homenajear a la Virgen de otra forma.

Por ejemplo, protegiendo a los ciclistas, cobrando las tarifas justas, respetando las señales de tránsito, tramitando los documentos en los sitios destinados por la autoridad en lugar de compararlos en la calle.

No creo que un devoto que ha pasado por alto la revisión técnico mecánica y de gases, se sienta seguro en carretera porque compró un escapulario o asistió a una misa ese día.

Es esa misma persona que ignorando la capacidad cancerígena y mutogenética de las emisiones producidas por motores diésel o de gasolina, prefieren adquirir certificados de gases contaminantes en el “mercado negro”.

También tenemos el caso de las caravanas fúnebres, las cuales consideran que activando poderosos equipos de sonido en los vehículos, complacen a las personas que han partido de este mundo, en lugar de mantener respeto no solo con los familiares del difunto sino con los que descansan en los sitios destinados para tal fin.

El ruido es uno de los factores que causa más estrés y escoger una fecha para generar contaminación auditiva o subir el volumen de los parlantes por la partida de un familiar o amigo, para ensordecer a los demás ciudadanos es realmente injusto.