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Pulso salarial
Lo impensable llegó, tenemos un porcentaje de desempleo a septiembre del 15,8% y será fundamental cuestionarnos todos ante la también elevada informalidad. 
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Martes, 8 de Diciembre de 2020

Amables lectores: la situación económica actual del país es crítica por cuenta de la crisis originada por el coronavirus. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, afirma en entrevista al periódico Portafolio: “Tenemos que ser muy cautelosos con los aumentos de los salarios. Ha sido un año muy difícil que requiere analizar con detenimiento que le conviene al país. Sabemos -continúa el directivo de Fenalco- que con una contratación de costos altos es muy difícil recuperar el empleo perdido”.

La directora de la Cámara de Comercio Colombo-americana en la misma línea comenta que ante una pérdida de más de 5 millones de puestos de trabajo en el año 2020, para el próximo año el salario mínimo debería incentivar a las empresas a crecer para crear de nuevo los empleos perdidos y beneficiar a los millones de trabajadores que quedaron cesantes y simultáneamente se logre estimular la formalización laboral. Las empresas deben ser competitivas y un aumento desproporcionado del salario mínimo pone en riesgo la competitividad empresarial y podrían salir del mercado de exportación por sus altos precios algunos productos.

Por otro lado, las centrales obreras proponen un aumento alrededor del 13% e insisten en que el salario mínimo suba a 1 millón de pesos más los 120 mil pesos de transporte. Además, crear una renta básica de un salario mínimo y mayores subsidios a las minipymes. Insisten que introduciéndole dinero al bolsillo de los colombianos de menores ingresos se reactivará la economía y adicionan, que si las empresas no pueden asumir este mayor costo en la nómina, el gobierno debería cancelar con recursos oficiales esta diferencia. Se olvidan que cuando el país ha estado en “verde”, en los últimos 10 años, el aumento ha estado en un rango entre un 3% y un 7%, el año anterior fue del 6%.

La Universidad de los Andes hace historia y recuerda en un documento publicado recientemente por su Facultad de Economía que la crisis económica que vivió el país en la década de los 90, cuando se subió por decreto el salario mínimo un 10% y las consecuencias para el mercado laboral fueron lamentables. Esa experiencia mostró, según Uniandes que el mercado laboral no sale de una crisis de manera inmediata y el resultado fue un incremento considerable de la informalidad laboral con un aumento en la tasa de desempleo y pérdida de fuentes de ingreso para los hogares más vulnerables.

Lo impensable llegó, tenemos un porcentaje de desempleo a septiembre del 15,8% y será fundamental cuestionarnos todos ante la también elevada informalidad. Si no lo hacemos, se corre el riesgo de agravar la frágil situación de los desempleados y los trabajadores del sector informal. Es decir, la gran mayoría de trabajadores colombianos. ANIF afirma, según Portafolio, que el aumento debería ser austero y en línea con la inflación que para el cierre del año no superaría el 2,3%. 

Cuando se trata de gastar nadie mira al pasado. Para gastar se debe haber hecho recortes en años anteriores. Todas las crisis económicas se originan en falta de competitividad. Roma se deterioró por hablar de derechos y privilegios y nadie quería trabajar. La revolución francesa igualmente imprimió dinero para regalar subsidios y se destruyó echándole la culpa a otros por la crisis. En ese caso a los panaderos por subir el precio del pan. 

No imitemos esos malos ejemplos.  

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