Anualmente, por el mes de octubre, la Real Academia de Ciencias de Suecia anuncia los ganadores de los premios Nobel, creados por el químico, ingeniero, escritor e inventor sueco, Alfred Bernhard Nobel, famoso principalmente por la invención de la dinamita y crear los premios que llevan su nombre, porque en su testamento dispuso que su con su patrimonio se crearían los premios de Medicina, Paz, Física, Química y Literatura, para quienes protegieran con el "mayor beneficio a la humanidad".
Tradicionalmente estos premios han gozado de un prestigio inconmensurable, y aún gozan de esa reputación no obstante algunos pecadillos de la Real Academia Sueca y la Noruega. Creo que todo empezó cuando se le denegó el galardón a Jorge Luis Borges, por razones políticas se adujo en la época. La entrega del galardón, en Literatura, al músico Bob Dylan, que, según la Academia Sueca, este cantante “creó una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana”, pero para el escritor Mario Vargas Llosa la decisión es la “frivolización de la cultura”, y, además, con mucha razón sostiene que “El Premio Nobel debe ser para una obra literaria reconocida, para una que tenga calidad y que no sea tan conocida y, así, el premio le ayude a lograr reconocimiento”. Otro hecho destacado en su momento fueron las filtraciones, irregularidades y escándalos sexuales del esposo de Katarina Frostenson, miembro de la Academia Sueca, que la institución tapó, ella y otros cuatro jurados renunciaron, el esposo fue condenado y el premio en Literatura no se entregó ese año 2018. Finalmente, tenemos el Premio Nobel de Paz, el de 2016, el cual tuvo acusaciones de concesión de favores empresariales del Estado colombiano con una de las integrantes del Comité Noruego del Nobel. Es el único que se entrega en Oslo. Esa fue la historia que circuló profusamente, una periodista se lo preguntó al galardonado el mismo día de la entrega, y de ser cierto le hace daño inmenso al galardón y al galardonado. ¡Qué contraste con la ganadora iraní de este año, una defensora de los derechos humanos!
Entre los que merecieron y no recibieron el premio Nobel de Literatura se dice que la lista es “demasiado amplia y, a menudo, dolorosa”. Por ejemplo, James Joyce, Franz Kafka, Virginia Wolf, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, entre otros. Pero también se habla de los que fueron galardonados sin merecerlo demasiado, a menudo por decisiones más políticas que literarias: José Echegaray, Elfriede Jelinek, Vicente Aleixandre y Bob Dylan, que no recogió el premio, pero sí el dinero.
Ahora bien, ¿por qué se entrega el Premio Nobel en Economía si no aparece entre la disposición testamentaria de Alfred Nobel? La verdad es que este galardón no existe. Lo que existe es el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en memoria de Alfred Nobel, que se entrega por estudios relevantes en esa materia. Fue creado en 1968 por el citado Banco, entregado por primera vez en 1969, para celebrar sus 300 años de existencia, el más antiguo de los Bancos Centrales. Dicho premio, técnicamente hablando, no es un Premio Nobel, aunque paulatinamente lo fueron asociando y camuflando, y hoy es sólo aceptado y mencionado junto con los Premios Nobel, entregados por la Fundación Nobel, y el día de la ceremonia de entrega lo concede el rey. Ayer se anunció que la ganadora del premio de Ciencias Económicas este año fue la estadounidense Claudia Goldin.
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