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Plan de Acción del Área Metropolitana de Cúcuta-proyectos
El alcalde Yañez ha invitado a iniciar un dialogo local para plantear un modelo de desarrollo espacial sostenible.
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Viernes, 24 de Enero de 2020

Retomando la columna anterior sobre las bases conceptuales en que se creó el Plan de Acción, Área Metropolitana de Cúcuta, Territorio Funcional y Sostenible, paso ahora a hacer un análisis de los proyectos que trae el plan, que en total consta de treinta y cuatro. Es de aclarar que los proyectos deberán pagarse con recursos locales, excepto donde la nación contribuya, y ponga sus condiciones. El estudio no considera inversión privada, y ese rubro se debe explotar en cualquier proceso de planeación desde lo local.

Se agrupan los proyectos en cuatro grupos que se refieren a cuatro ejes de planeación urbana de primera importancia que, como explicare, están relacionados entre sí, aunque el estudio al tratarlos de manera independiente diluye su importancia. Estos grupos son: institucionalidad metropolitana, planeación de usos del suelo (ordenamiento territorial), sistema integrado de transporte masivo (SITM) y asuntos ambientales.

La institucionalidad metropolitana (primer eje) plantea el fortalecimiento de lo metropolitano, aunque sin proponer un cambio realmente estructural. Ejemplo: hoy la Autoridad Metropolitana de Transporte actúa como una subautoridad de transito con alcances limitados, y como veremos más adelante, se propone crear un ente que diseñe, regule y vigile el transporte metropolitano, lo cual limitaría aún más esa Autoridad. Lo que se debe buscar es que la Autoridad de Transporte se eleve a la condición de ente rector de los sistemas de transporte en el área metropolitana, dejando en las autoridades municipales funciones operativas específicas. Igual análisis podemos hacer del ente de planificación que se propone crear, el cual debería corresponder a la Unidad Metropolitana de Planeación que mediante principios como el desarrollo de células urbanas autosuficientes y sostenibles, pero integradas en un todo coherente, los conceptos de Desarrollo Orientado por el Transito (TOD en inglés), de ciudad compacta y ciudad inteligente plantee una propuesta de usos del suelo, que no sería un documento estático sino una actividad permanente y dinámica. El tercer ente metropolitano, que el estudio no menciona, es el de una Autoridad Metropolitana Ambiental, que tendría bajo su responsabilidad temas que el estudio trata como proyectos aislados.

La planeación urbana metropolitana (segundo eje), el estudio propone que recaiga en un nuevo ente, del tipo del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) de Bogotá (que no tiene visión metropolitana), que no aplica en nuestro caso. Para eso debe crearse, con suficientes dientes e información, la Unidad Metropolitana de Planeación (UMP). Uno de los problemas en la planeación moderna, y su modelación, es la cantidad, calidad y pertinencia de la información, por lo cual en un acuerdo Estado-Universidad-Empresa se debería crear un Centro de Información Geográfica que, además de tener funciones catastrales, pueda comercializar productos y aportar ingresos. Con base en la información de ese centro se puede, ahí sí, realizar un estudio a profundidad de riesgos metropolitanos. En este programa de planeación urbana podríamos buscar soporte a los mejores del mundo en este campo, como el Instituto Santafé de Nuevo México, o el Instituto Tecnológico de Masachussettes (MIT), a través de un acuerdo con la universidad Francisco de Paula Santander, logrando así, además transferencia de conocimiento vanguardista. 

Con respecto al sistema de transporte público (tercer eje), como mencione antes, el estudio propone crear una entidad tipo Transmilenio que desarrolle el SITM. Y antes de seguir, quiero anotar que el estudio se concentra en el Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), pero en la presentación que hizo Findeter habló del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) que corresponde a ciudades de menos de 300 mil habitantes, y dio origen a una columna mía pasada, titulada “como nos ven, como nos vemos”, por lo que sería bueno que Findeter aclarara en que se enfoca. Volviendo al tema, la propuesta de una entidad por cada tipo de modelo de transporte, sin dirección de un ente rector, lleva a que, como ejemplo, hoy en Bogotá, a la empresa metro de Bogotá se le den funciones de planificación urbana, y a Transmilenio de expansión del sistema de buses, lo que está llevando al absurdo de tener en el primer piso de la avenida Caracas el sistema de bus dedicado y en el segundo piso, el metro. Trabajar todo como entidades separadas en un entorno único lleva a esos adefesios que no se pueden imitar. La Autoridad Metropolitana de Transporte debe ser el ente rector del transporte público y desarrollar un modelo integrado con diferentes actores operadores, pasando a tiquetes por tiempo de uso del sistema, como se hace en el resto del mundo, y reservándose el recaudo.

El estudio plantea de manera poco profunda el desarrollo de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales y un “parque ecológico” para el manejo de desechos sólidos. En el estudio no se plantea nada para control de emisiones gaseosas. Siempre he planteado la creación de una Agencia Metropolitana Ambiental (cuarto eje) que se responsabilice por todos estos proyectos, así como otros temas de impacto ambiental. Uno de sus objetivos debería ser el de optimizar el uso del agua, buscando rescatar las fuentes fluviales, para lo cual debe junto con la UMP diseñar un plan para actuar de manera coherente. Uno de sus grandes desafíos es lograr la creación de un verdadero acueducto metropolitano, para así poder desarrollar, como un único sistema, el proyecto de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) del AMC. Plantea también el estudio el asunto del embalse del Cínera como fuente para el agua cruda requerida para atender la demanda, y para regular el río Zulia para riego. Este proyecto igualmente requeriría antes, resolver el problema político-empresarial de un verdadero acueducto metropolitano. Este es un ejemplo de la complejidad del desarrollo urbano. El estudio plantea igualmente un proyecto con basuras, cuando lo que en realidad elimina la necesidad de rellenos sanitarios es la quema de basuras, que permita cogeneración eléctrica, proyectos que se conocen como Plantas Metropolitanas de Incineración de Basuras y Cogeneración Eléctrica, existentes hace mucho tiempo en varias partes del mundo. Toda esta planeación indicativa debería estar en la Agencia Metropolitana ambiental.

Otros proyectos, ya más específicos, deberían esperar una consolidación de la planeación general (vgr. Recuperación zona industrial), otros compiten con entes existentes (vgr. Cenabastos versus Parque Agroindustrial), y otros están mal presupuestados como lo estudios de microzonificación sísmica que requieren gran información no disponible para ubicación de fallas locales, información de suelos detallada y geología regional (la mejor la tenía el FUNVISIS en Venezuela), cuyo costo está muy lejos de los entre 100 y 500 millones que registra el estudio.

El alcalde Yañez ha invitado a iniciar un dialogo local para plantear un modelo de desarrollo espacial sostenible, para lo cual una “reorientación” desde la región a las ayudas planteadas por Findeter-BID, sería de gran ayuda. Nos parecen importantes iniciativas como las del estudio Findeter, pero la región lo que requiere es plantear un modelo “down-top” que nos saque de la crisis estructural local en una senda de mediano plazo. Necesitamos un estado nacional coparticipe en el desarrollo, no un corregidor de modelos importados no adaptables a nuestra realidad. Un modelo de desarrollo con probabilidad de éxito permitiría asimilar la migración, que es la forma correcta de atenderla y no con proyectos “sociales” flotando sobre un esquema de subdesarrollo estructural con tendencia a agravarse. Es el momento de clarificar “como nos ven”, y, sobre todo, “como nos vemos”.
   

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