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Petro Borinsky
El antagonista es un ruso, también de familia noble, llamado Petro Borinski; en este caso, Petro es nombre no apellido.
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Sábado, 28 de Noviembre de 2020

La producción turca seriada de época, “Seyit y Sura, amor en guerra”, novelada a partir de una historia de amor real entre un oficial de la guardia del Zar ruso, llamado Seyit Eminov, de origen turco y religión musulmana, con Alexandra Verjenskaya, llamada Sura, hija menor de una familia noble rusa y cristiana de San Petersburgo, en los primeros años de la década de los veinte del siglo pasado, ha sido un éxito televisivo y con méritos. La historia se mueve con un trasfondo histórico que va desde la primera guerra mundial, hasta la creación de la república turca por Mustafá Kemal, pasando por la revolución de octubre en Rusia.

El antagonista es un ruso, también de familia noble, llamado Petro Borinski; en este caso, Petro es nombre no apellido. Es un personaje totalmente amoral, envidioso de los éxitos de Seyit, engreído de su condición noble, cobarde, y como consecuencia de todo, un resentido.

La serie inicia cuando el pelotón a cargo de Eminov, apodado Kurt, el lobo, están en batalla, y Petro, como buen cobarde está asustado, y a pesar de la advertencia de Seyit, dispara sin identificar el blanco y mata a un compañero. Petro le ruega no llevarlo a Consejo de Guerra y éste acepta con la condición que se retire de la milicia. Petro, en vez de agradecimiento, se resiente con Seyit.

Ya en San Petersburgo, Rusia, Sura, una niña en los quince años conoce a Seyit y se enamoran. Petro que ya conocía a Sura por familia, estaba también enamorado de ella, pero como su cobardía no le dejaba enfrentar de frente la situación, se hizo “amigo” de la pareja, creando entre ellos desavenencias, con mentiras y actos traicioneros.

Cuando llega la revolución rusa, Seyit y sus amigos se hacen objetivo militar bolchevique. Planean su fuga a Crimea, donde está la familia de Kurt Seyit. De allí irían a Estambul. Entretanto, Petro se “une” a los bolcheviques, buscando salvarse y traicionando a sus amigos, ganándose el desprecio de su padre al descubrirlo. Finalmente, Petro permite que sus padres sean “desaparecidos”.

Seyit y su mejor amigo y compañero de armas, Celil Kamilof, huyen con la esposa de Celil y con Sura. Petro va tras ellos con el apoyo de los bolcheviques, pero en realidad también busca huir, con el dinero de sus padres. Petro usa a los bolcheviques, a quienes mantiene a distancia, pero cuando aparece un compañero de armas, infiltrado en los bolcheviques, a denunciar a Petro, éste lo mata acusándolo de ser lo que Petro era. El hermano menor de Seyit lo descubre y también lo mata, acusando al infiltrado de haberlo hecho.

Seyit y Sura logran llegar a Estambul y se van a vivir a Pera (hoy distrito de Beyoğlu) donde se conectan con las fuerzas turcas opositoras a la invasión británica, que se dio con la caída del imperio otomano después de la primera guerra mundial. Petro llega también a Pera y se alía con el jefe militar británico, un corrupto traficante de licor y un abusador de su poder. Hacen alianza contra Seyit y sus amigos, logrando Petro finalmente separar a Seyit y Sura, y tratan de encarcelar a aquel. 

Al final, con la muerte caída del oficial británico se destapan las andanzas de Petro. Cuando Seyit lo encuentra, amenaza con suicidarse para no darle el gusto de cobrar venganza, pero al no lograrlo, le ofrece riquezas. El Lobo Eminov lo mata mientras el cobarde Petro llora por su vida.

¿Cuantos Petros habrá en la política colombiana? Se me ocurren al menos cuatro nombres de incapaces ambiciosos dispuestos a todo. Uno de ellos se autoproclamó “traidor a su clase”; de oligarca a extremista, no por convicción, sino por egolatría. 

Los Petros, como las pandemias, se producen cada cien años. Hoy en Colombia, otro Petro y sus compinches buscan encarcelar, por resentimiento, a su principal enemigo. ¡Qué serie! Recomendada.

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