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‘Pax política’
Es hora de que nosotros los políticos, hagamos un ‘mea culpa’ individual y colectivo frente a esta realidad de la cual somos corresponsables.
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Lunes, 3 de Mayo de 2021

Esta semana recordé una historia que mi padre nos contaba conmovido, a mis hermanos y a mi, y que relató para su última entrevista en televisión con Fernando González Pacheco en su calidad de precandidato presidencial. Decía él que se trataba del episodio máximo que había experimentado en toda su vida pública.

Durante una manifestación política en Landázuri Santander, hacia las 8 de la noche, un campesino muy humilde le dijo: “Doctor Galán: yo antes que liberal soy colombiano, pero antes que colombiano soy un ser humano”. Aquella historia fue la más importante lección en su vida pública y para la mía también lo ha sido. Nos señaló cual es la jerarquía o la escala de valores que tiene una causa política justa, que debe poner por encima de cualquier consideración a la humanidad como propósito y valor fundamental en un proyecto político.

Estoy convencido de que millones de colombianos, la inmensa mayoría, sienten, piensan y actúan como este campesino santandereano. Nuestro pueblo no solo sufre por una creciente pobreza, no solamente vive a diario la segregación y discriminación en nuestra organización social, la ausencia de Estado, el clientelismo y la negación de oportunidades; los colombianos no hemos podido superar la violencia que ha sido instrumentalizada sistemáticamente para acallar, intimidar, silenciar y negar derechos humanos fundamentales en nuestro país.

Es hora de que nosotros los políticos, hagamos un ‘mea culpa’ individual y colectivo frente a esta realidad de la cual somos corresponsables. Salgamos del gueto, de hablar entre nosotros y de creer que el mundo gira alrededor de nuestra precaria percepción. No podemos prometerle al pueblo colombiano lo que primero no seamos capaces de lograr nosotros mismos. No pretendamos enarbolar la paz como bandera o causa para territorios y comunidades, si primero no contribuimos a la paz política entre todas las fuerzas que pretendemos interpretar y representar a los colombianos.

Invito al pacto histórico, al centro democrático, a mis compañeros de la coalición, al partido liberal, a los conservadores, a la U, a cambio radical, a los comunes, a los movimientos cristianos para que nos encontremos en un diálogo respetuoso, sincero y que como punto de partida deponga los odios, con un ánimo constructivo. Propongo como primer acuerdo fundamental rechazar cualquier forma de violencia venga de donde venga. El nuevo liberalismo y yo estamos listos para contribuir en un trazar un nuevo rumbo para el país que todos amamos y que a todos nos duele.

No estoy pretendiendo unanimismo ni uniformidad, ni mucho menos renunciar a principios o causas que cada uno busca defender. Lo que sugiero es una ‘pax política’. El país reclama nobleza en los liderazgos, un sentido ético para la política que cuide la dignidad humana y reconozca que los colombianos nos merecemos buscar nuestro destino por un camino distinto a la violencia.

Decía el presidente Kennedy: “En el análisis final, nuestro más básico nexo común es que (mujeres y hombres) todos habitamos este pequeño planeta, todos respiramos el mismo aire, todos queremos un futuro mejor para nuestros hijos y todos somos mortales.” ¿Se le miden?

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