El jueves de la semana que pasó se publicó por este medio de comunicación una nota periodística titulada “A Cúcuta la invadieron parqueaderos ilegales” en la cual, se concluyó que la escasa oferta de parqueaderos, la falta de cultura ciudadana y la ausencia de la autoridad, son las causas de la presunta irregularidad.

De inmediato realicé un derecho de petición a la Secretaría de Tránsito y Transporte de Cúcuta, solicitando estadísticas relacionadas con comparendos aplicados y además, la relación de parqueaderos públicos ubicados en la zona céntrica de la ciudad con el objeto de controvertir respetuosamente parte de lo publicado, puesto que a mi modo de ver, uno de los factores carece de un fundamento documental y los otros son de discusión eterna o verdades a medias.

La respuesta obtenida de la dependencia responsable de la movilidad, arrojó que en el mes de julio se aplicaron novecientos cuarenta y un comparendos a conductores que estacionaron sus vehículos en sitios prohibidos y en agosto, mil ochocientos cuarenta y seis.

De igual manera, se me entregó un volante en el cual se encuentran ubicados exactamente ciento veintidós parqueaderos públicos en la zona céntrica.

Se puede concluir que la ciudadanía tiene pésimas costumbres en materia de respeto por las vías públicas y además poca cultura de utilización de los estacionamientos que entre otras cosas, son muchos más pero son parte de la informalidad y eso es competencia de la Secretaría de Gobierno Municipal.

Entonces es cuando las redes sociales se dividen en dos: el primer grupo está conformado por ciudadanos preocupados por el mejoramiento de la ciudad desde diferentes ópticas y además aplaude las acciones de la autoridad compuestas por operativos y aplicación de la normatividad en materia de tránsito; eso es respetable. El segundo grupo está compuesto por personas que todo lo critican y no ven por ningún lado la parte buena de la ciudad y como complemento se esconden tras un seudónimo para atacar crudamente lo que para ellos es injusto; también es respetable.  

Existen suficientes parqueaderos en la zona céntrica y por tal motivo no se justifica bajo ningún punto de vista que existan vehículos abandonados o con la famosa disculpa de que es por un minuto, aspecto que aceptan inocentemente las señoras vestidas de amarillo que apoyan las tareas de educación vial.

Con respecto a los que dicen cuidar los carros, también es otra irregularidad tan parecida como aquella incómoda costumbre de los limpiavidrios y eso es competencia de la Policía Nacional, puesto que esas personas se tornan agresivas cuando el conductor indica que no acepta dicho abuso, consistente en manchar la pintura del vehículo con la sustancia jabonosa, que combinada con treinta y ocho grados centígrados de temperatura, equivale a un daño en el automotor.

Concluyo que el autor de la nota, direccionó equivocadamente su trabajo puesto que las vías no son parqueaderos ilegales sino la actitud de invadirlas, constituyéndose en una infracción que debe ser sancionada duramente y sin contemplaciones.