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No somos Japón
Colombia nunca ha protagonizado  agresiones contra sus vecinos.
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Sábado, 10 de Marzo de 2018

Los venezolanos, acosados por toda clase de problemas, que incluyen un terrible desastre económico, la ineptitud del presidente Maduro,  la fuga de miles de personas, el rechazo de todo el continente y el absoluto desabastecimiento en todos los campos, quieren ahora asumir el papel de mártires y de víctimas al borde de un ataque de nervios. 

Una histeria promovida por el gobierno chavista, que busca conseguir la solidaridad de millones de personas, que huyen como ratones en busca de comida.

El exchofer, ahora convertido en mandatario, decidió, como buen dictador, engañar a sus pobres compatriotas con el cuento de que nosotros, los colombianos, preparamos una invasión y bombardeos contra la patria de Simón Bolívar, víctima, como Cuba, de un régimen dictatorial cuyos únicos productos son la ruina total y el hambre.

Maduro y sus acólitos, que parecen tener el objetivo de originar total éxodo, se han atrevido a acusar a Colombia, que ha dado refugio en estos días a cerca de dos millones de venezolanos, de estar preparando un ataque bélico, similar al que protagonizó Japón contra Estados Unidos y que dio origen a la segunda guerra mundial

Colombia nunca ha protagonizado  agresiones contra sus vecinos, ni en los peores momentos de la violencia política que sufrimos durante sesenta años. 

Por el contrario, si fuimos víctimas de un ataque de los peruanos, en la década del treinta, cuando quisieron apoderarse de la región amazónica. 

El resultado fue catastrófico para los agresores, quienes perdieron la guerra y el tiempo. 

Ahora nos quieren acusar de algo que no nos ha pasado por la imaginación, ni siquiera en los momentos en que el coronel Chávez estaba empeñado en buscarnos pleito para justificar el derroche de millones de dólares en la compra de toda clase de chécheres bélicos: tanques, aviones, armas y barcos. 

Que tenían un destino: atacarnos.

Nosotros, por culpa de la frontera, hemos sido el blanco del odio de los venezolanos desde los tiempos del general Páez, quien impidió que fuéramos un solo país, como lo deseaba Bolívar. Pudo más el egoísmo que la lógica que nos hubiera convertido en prospera nación, tan rica y desarrollada como Brasil o Argentina.  

Pero, volviendo al tema, no somos Japón ni tampoco Alemania, que atacó, sin aviso, a Polonia y a Rusia, donde luego sufrió la más estruendosa derrota, hasta el punto de que este último país se convirtió en su peor enemigo y tomó Berlín, para dar fin así a la segunda guerra mundial.

En fin, nunca hemos sido agresores ni pensamos serlo. La presunta invasión sólo está en la mente del gobierno venezolano, que se ha convertido en el moderno Caín y en la peor dictadura –pues ha tenido varias- de la patria de Bolívar. Ojalá pronto puedan salir de la pesadilla es nuestro mayor deseo.  GPT

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