Ante la decisión de la Super Intendencia de Industria y Comercio (SIC) de suspender las operaciones de Uber en Colombia, dada a conocer el 20 de diciembre como consecuencia de un proceso legal, los directivos de la multinacional anunciaron su decisión de irse del país el 31 de enero de 2020.
Pero cuando apenas transcurrían tres semanas de su larga despedida y los colombianos aún analizaban las consecuencias de esta decisión, el pasado jueves, cuando se desarrollaban las marchas de protesta de los profesores en las principales ciudades del país, Uber dio a conocer la noticia de su retorno a Colombia con cinco nuevos servicios, a la vez que mostraba su mapa de operaciones. Aquí se cumplió aquello de que no fue más que un hasta luego.
Tal como pasó con la partida, este sorpresivo regreso generó satisfacciones y descontentos de parte de sus defensores y opositores al igual que sucede casi siempre en las 500 ciudades de los 70 países donde opera esta plataforma. Durante sus 11 años de existencia Uber ha sorteado con éxito la mayor parte de los retos logrando legalizar sus servicios en varios países, en China se fusionó con su principal rival local mientras en Rusia compite con precios. La pelea entre taxistas y Uber es mundial.
Uber trabaja por comisión, por cada viaje la plataforma se queda con el 25 por ciento y el resto para el conductor. Los gastos del peaje los paga el pasajero y los combustibles y gastos del auto corren por cuenta del conductor. Otra de las ventajas para dueños de la multinacional es que no contrata conductores directamente, pues estos son socios de la plataforma.
Además, no hay un horario establecido ni un tiempo mínimo, se puede tomar como una segunda opción de ingresos. Con Uber se puede trabajar en los ratos libres. Aunque es una empresa legalmente constituida, paga IVA e impuestos de renta, quienes se oponen a sus operaciones la acusan de competencia desleal.
El gobierno presentará al Congreso el proyecto de ley para regular las plataformas de transporte público. Las sesiones se iniciarán en marzo y las expectativas crecen. ¿Qué pasará?