Mientras los medios de comunicación a nivel mundial resaltan el descenso de los casos diarios del covid-19 y recomiendan el mantenimiento de la cautela, en Colombia se muestran las aplicaciones de las primeras vacunas en diferentes regiones, resaltando a las personas escogidas por el gobierno para tal fin. La atención nacional está dirigida a la llegada de las vacunas envidas por las diferentes farmacéuticas, así como a la orden de distribución.
Pero la expectativa de los colombianos está también centrada en la anunciada reforma tributaria. Según el gobierno se requieren entre 15 y 20 billones de pesos con el fin de poner en orden las finanzas públicas, enderezar la economía y evitar la pérdida del grado de inversión, entre otros objetivos.
Las consecuencias de la pandemia han sido económicamente negativas con un costo de 330 billones de pesos, con una caída del PIB del 6.8 por ciento (la peor en la historia del país), una tasa de desempleo del 15.9 por ciento y un déficit fiscal de 9 por ciento del PIB.
Si se pierde el grado de inversión, el cual se podría dar entre 2021 y principios de 2022, los costos para el país serán enormes, pues las tasas de interés de los préstamos subirían debido a que los inversionistas internacionales exigirían altos rendimientos por sus inversiones, ante el riesgo de incumplimiento.
Aunque no se conoce el contenido del proyecto, la reforma fiscal busca que, el que más ingresos tenga pague más impuestos y todo apunta a que se extenderá la aplicación del IVA a más productos y se pondrá a tributar a los pensionados que devenguen mas de tres salarios mínimos. Sin duda la clase media será la más perjudicada
Según el gobierno, la reforma traerá beneficios a las familias más vulnerables a través de mayores subsidios y colocaciones. Se pretende cubrir a 2 millones de estos hogares.
Como buena noticia económica se puede resaltar la subida sostenida del precio del petróleo, el cual ha pasado en un mes de 54.77 dólares a 64.77 dólares barril.