Así se molesten algunas personas, en Cúcuta se puede hacer lo que se prohíbe no solo en otras ciudades sino en otros países en materia de movilidad. A diario vemos cientos de conductores utilizando sus dispositivos móviles, pasar la luz del semáforo en rojo, obstaculizar una intersección, estacionarse en sitios prohibidos pese a su señalización, obstruir los pasos peatonales, realizar cruces prohibidos, exceder los límites de velocidad, utilizar el paso de personas con movilidad reducida para recortar camino (aplica a los moteros), en fin, son muchas más infracciones pero en esta oportunidad me voy a referir a una en particular.
Antes de comentar el caso que sucede todos los días laborales de la semana, es preciso anotar que muy a nuestro pesar, la Policía Nacional en su especialidad Tránsito y Transporte, tan solo es visible cuando está en proceso de cacería de los despistados conductores que ignoran la medida del Pico y Placa o los visitantes que por lo general, son la mayor atracción en caso de no portar seguro obligatorio de accidentes.
También, recordar que el Código de Tránsito establece en su artículo 76, las prohibiciones en materia estacionamiento, lo siguiente: “…2. En vías arterias, autopistas, zonas de seguridad, o dentro de un cruce…9. En doble fila de vehículos estacionados, o frente a hidrantes y entradas de garajes o accesos para personas con discapacidad.”
Con lo anotado, me voy a referir a la intolerancia e ignorancia de varios representantes de los estudiantes del Colegio Santo Ángel de la Guarda, ubicado en el costado izquierdo de una arteria principal, en las proximidades del punto de referencia Pinar del Río. En ese sector y pasadas la once y treinta de la mañana, de lunes a viernes, van llegando los conductores que una vez estacionados sobre un carril de la vía, esperan la salida de los estudiantes, pero con el paso de los minutos, van llegado los “avispados” padres de familia que irresponsablemente invaden un segundo carril, porque sencillamente poco o nada les importan los derechos de cientos de vehículos que abordan dicha vía y olímpicamente responden cuando se les llama la atención: “me estaciono en donde me dé la gana”.
Ese mensaje altanero de una conductora, es apoyado por decenas de estos acudientes que de seguro, son los que más critican las medidas que implementan las autoridades, sencillamente porque su estructura cerebral, no les permite analizar situación alguna diferente a lo que pueden estar viendo el celular y de ahí el malestar de los demás conductores que son obligados a demorar su paso por dicho lugar.
Entiendo que es un problema de cultura ciudadana, pero no es la excusa para violar la ley y por eso la autoridad de tránsito debe hacer presencia para evitar ese tipo de atropellos, dado que muy pronto decidirán cerrar el tercer y último carril porque están esperando a sus hijos y eso no debe suceder. Dejo la inquietud al Secretario de Transporte y Tránsito de la ciudad.
