¿Qué tienen en común López Obrador, Maduro, Petro y Lula? Que son gobernantes socialistas de América Latina, que tienen alianzas con el narco, que siguen el libreto del Foro de Sao Paulo y que son populistas pero con una preparación pobre, unos más que otros, pero todos afectos al radicalismo.
¿En que se diferencian? Excepto Maduro, todos gobiernan porque en elecciones aceptablemente limpias se ganaron ese derecho. Todos, excepto Maduro, mantienen formas del estado liberal que todavía funcionan, aunque con restricciones que logran gracias a sistemas políticos débiles. Que, excepto Maduro, no han montado estados policiales al servicio del regimen, aunque han “eunuquizado” a sus fuerzas de policía y militares, aunque Petro y AMLO han querido ir un poco más allá.
¿Por qué excepto Maduro? Porqué Maduro en Venezuela ha montado una narcodictadura de corte castrista, que se mantiene en el poder por unos cuerpos de seguridad al servicio de déspota, quienes al grito de “Chávez vive” o “socialismo o muerte”, hacen parte de la nomenklatura cleptómana en sus cuadros superiores. Pero a pesar de eso, los tres alegres compadres zurdos de Latinoamérica han optado por darle soporte a la dictadura, aprovechando que en Estados Unidos también gobierna el Progresismo, quien ve con agrado el socialismo latino.
¿Qué tan parecidos son los tres alegres compadres alcahuetas? AMLO es el más radical en sus decisiones, montándose en que su proyecto de país fue ratificado en las urnas. Petro es el más ideológicamente radical y el más afín a la personalidad del sátrapa venezolano. Es enemigo acérrimo de la economía de mercado y quiere montar un estado policial desde la Primera Línea; hasta ahora no ha podido, pero sigue montando en las otras esferas del poder sus fichas, como ya hizo en la fiscalía y tal parece en la defensoría del pueblo. Petro a lo que le apunta es a cooptar las Cortes con activistas de izquierda para ir eliminado poderes. La dictadura de Maduro es a lo que aspira en sus sueños narcóticos Petro. Lula da Silva es el más “moderado” de los tres;no es un fiel de la democracia liberal, pero la respeta.
¿Son todos para uno y uno para todos? Depende de las circunstancias. Los políticos, y más los de izquierda, son afectos al canibalismo y son leales hasta el día que no lo son. Basta ver el ejemplo de Santos frente a Uribe. Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta de México, ahijada de AMLO, si gana Trump la presidencia en Estados Unidos, buscará una buena relación con su vecino y principal socio y el fardo de Maduro es un paquete muy grande para cargar. Si gana Kamala Harris, ya no serían tres alegres compadres zurdos, sino cuatro y Maduro durará hasta que uno de su círculo lo mate para subir él. Petro le ha jugado a alianzas con autocracias que hoy están en grandes problemas como Rusia e Irán. La invasión de Ucrania por parte de Rusia hoy es la guerra ruso-ucraniana, pues Ucrania llevó la guerra a territorio ruso. Eso pone a Putin en una coyuntura en la que “apoyar” militarmente a sus pares lo haría candidato al famoso envenenamiento ruso, que parece un ataque al corazón. E Irán ya tiene a Israel atacándolo y por eso se ha mostrado moderado; como sus amigos zurdos son valientes ante débiles y cobardes ante valientes. Ante una presión de Trump, los “nuevo amigos de Petro” lo dejaran solo. Lula da Silva será el primero que recule cuando el mundo se derechice nuevamente.
¿Y China? Tratando de salir de su estancamiento económico. No peleará por ninguno de ellos y menos por Maduro. El busca que Venezuela le pague lo que le debe, que es mucho, pero si el nuevo régimen lo garantiza, Maduro solo será un episodio anecdótico.
El tiempo juega contra los tres alegres compadres latinos zurdos. Y cuando caiga Maduro, el principal doliente será el radical Petro.
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