A finales de los 90, alguien logró lo imposible, unir a los mejores cantantes de ópera para una serie de conciertos por el mundo: Luciano Pavarotti, José Carreras y Placido Domingo, tres superegos levitantes, con un repertorio que iba desde óperas hasta musicales de Brodadway y canciones napolitanas y éxitos de música pop.
En esta Colombia de Dios, donde los controles de la administración han hecho crisis tras 16 años de gestión unipersonal, la providencia divina logró que los tres tenores de los controles institucionales, todos con egos levitantes, acordaran “frentear” la corrupción. El contralor general de la República, Edgardo Maya Villazón; el procurador general de la Nación, Fernando Carrillo Flórez y el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez. Ha habido pocos conciertos de los tres juntos. Pero individualmente lo hacen con frecuencia y hasta le meten “carranga”, “guasca” y “champeta”. Pero nos quedamos ilusionados que a los grandes temas le cantaran los tres en concierto. Que vaina y así no funciona lo prometido, ni nacional ni regionalmente.
Aquí en Norte de Santander no ha llegado tan siquiera la noticia del acuerdo de los tenores, donde sigue la política del “engavetamiento” de diligencias, prevaricatos, repartos judiciales inquietantes, magistrados y jueces investigados y condenados y el teléfono de los congresistas funcionando e intrigando eficazmente.
El viernes pasado tronó como Júpiter Fernando Carrillo Flórez, procurador general, solo e inerme. No lo hizo en el concierto de los tres tenores prometido y anunció construir cinco consensos para el nuevo gobierno:
1. Desarmar los espíritus dejar los odios para cohesionar el país.
2. Cumplimiento de los acuerdos de paz y garantizar la seguridad de los territorios abandonados por los desmovilizados y cumplirle a ocho millones de víctimas. Combatir el narcotráfico y la minería ilegal
3. Lucha contra la inequidad en gran acuerdo contra la desigualdad y la protección infantil real. Somos una vergüenza en el mundo (sic)
4. Lucha contra la corrupción conforme al acuerdo firmado por los candidatos. Fortalecer las veedurías ciudadanas 5. La reforma de la Justicia, su despolitización y borra la venalidad tan ostensible.
Que bueno que ese grito operático llegue a Cúcuta. Con los otros dos tenores, la Fiscalía engavetadora y la Contraloría archivadora. El asunto disciplinario aquí no anda. Hace un año fui atropellado en mis derechos fundamentales en el municipio de Los Patios y las diligencias están todavía en indagación preliminar. He aportado todas las pruebas documentales y testimoniales. Yo a veces pienso que el teléfono del Congreso funciona y usted señor procurador no tiene ni idea. Allá le envío esta columna y una petición. Usted tiene que garantizarme el derecho fundamental del libre tránsito por ese municipio y rescatarme. Entre tanto ando por allá como los choferes de la resistencia francesa, recorriendo las afueras del anillo vial para lograr ir a Chinácota y documentos del engavetamiento. De pronto canten los tres.
