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Lo importante no es cómo comienza, sino cómo termina
A través de las concesiones de cuarta generación, se logró el sueño de contar con la estructuración total de la vía Cúcuta–Bucaramanga.
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Viernes, 29 de Junio de 2018

Qué lástima que un Gobierno como el que termina no haya logrado ser consistente con las decisiones que tomó durante sus ocho años de mandato, pues desafortunadamente, para ser bueno en la vida se requiere serlo todo el tiempo, en cambio para ser malo solo un instante.

Independiente de los odios o amores que haya generado el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y en un país tan polarizado como el nuestro son fácilmente advertibles en las expresiones públicas y abiertas, con elogios pasados de lambonería o groserías y amenazas, es menester recordar que se gobierna hasta último minuto. 

A este Gobierno, los nortesantandereanos deben agradecerle una reforma estructural al sistema general de regalías que dinamizó la economía regional en el periodo de gobierno del gobernador Edgar Díaz a través de obras de envergadura como la electrificación rural del Catatumbo, los megacolegios, el puente de Atalaya, la pavimentación de la vía Chinacota, entre otros.

Asimismo, a través de las concesiones de cuarta generación, se logró el sueño de contar con la estructuración total de la vía Cúcuta–Bucaramanga y con inversión propia la recuperación integral de la vía Cúcuta-Ocaña. Se cristalizó la inversión del puente de Tienditas, un proyecto que desde los años 80 la región reclamaba para mejorar el intercambio comercial binacional, el cual no ha sido posible poner en funcionamiento debido al cierre de frontera del vecino país, pero que estoy seguro será el símbolo de la recuperación cuando volvamos a ver a Venezuela en la senda del progreso.

En un tema tan sensible como seguridad, se avanzó gracias al ministro del Interior de la región, Juan Fernando Cristo, en dotación de infraestructura física y tecnológica, con una inversión sin precedente para la región.

Pero todo lo bueno que se hace se puede desbaratar de tajo, si no se entiende que lo importante no es cómo se comienza, sino cómo se termina y este Gobierno se cansó. No es admisible que un ministro de Infraestructura, venga a la región sin informar a las autoridades locales y como ladrón en la noche entre y salga sin ser advertido. No quiero pensar que lo hizo para esquivar a las autoridades locales, porque a través de mas de seis comunicaciones dirigidas al presidente y sus ministros, se le ha solicitado que se adicionen los $7.500 millones que hacen falta para terminar la obra del puente Benito Hernández y de la que no se ha tenido una respuesta positiva.

Las inversiones que el Gobierno Nacional hizo durante 8 años, se empañan con la desidia con que ha atendido este sentido reclamo regional. Qué lástima que todo lo bueno que se hizo, se desbarate por una nimiedad presupuestal que unos funcionarios del orden nacional no quisieron atender.  Lástima que este Gobierno no entendió que lo importante no es cómo se comienza, sino cómo termina.

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