Una forma de eliminar la contradicción o la oposición es dejar con veto a quien informa. Todos los regímenes totalitaristas de izquierda o derecha han utilizado la prensa como aliada estratégica de manipulación de masas o como mecanismo de desinformación y, en el peor de los casos, la manera de ocultar la realidad a los gobernados.
Los ataques sistemáticos que se vienen realizando a la prensa no le hacen nada bien a una democracia. Siempre es el augurio de peores cosas que van a suceder. Colombia está abriendo un portal que desconoce, porque además de asesinar, amenazar o bloquear a quienes informan también el amedrentar políticamente es una forma de prohibir los casos reales que están sucediendo, en esta oportunidad de corrupción y de vergüenza moral.
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho fundamental: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". No importa si, como líder, esa información sea de mi gusto o va en contravía a mis pensamientos. En ambos casos, debemos respetar la información y el derecho a la verdad con pruebas.
La libertad de los medios de comunicación y el acceso a la información fortalecen, a mayores, el objetivo de desarrollo de empoderar a las personas. El empoderamiento es un proceso pluridimensional social y político que ayuda a las personas a tomar el control de sus propias vidas.
Esto sólo se puede conseguir mediante el acceso a información precisa, justa e imparcial, que represente una pluralidad de opiniones, y a los medios, para comunicar activamente de manera vertical y horizontal, participando de este modo en la vida activa de la comunidad.
Sin embargo, para hacer de la libertad de expresión una realidad debe existir un entorno jurídico y normativo que permita el surgimiento de un sector mediático abierto y pluralista. El derecho a expresar y difundir, buscar, recibir y compartir información e ideas sin miedo ni injerencias ilegítimas es esencial para nuestra educación, para desarrollarnos como personas, ayudar a nuestras comunidades, acceder a la justicia y disfrutar de todos y cada uno de los derechos fundamentales.
Es necesario resaltar que las redes sociales han ocupado un lugar importante de información inmediata, que también ha sido mal utilizado y en muchas ocasiones manipulado, pero esta herramienta llegó para quedarse y nos permite acceso a información útil y directa de las partes, por ello internet se usa cada día más como fuente para expresar nuestro derecho a la libertad de expresión, libertad de información, libertad de opinión, de pensamiento y de prensa para alzar la voz contra el poder y para ejercer presión por un mayor respeto a los derechos humanos. Las redes sociales alimentan un nuevo activismo que los gobiernos luchan por controlar.
Para que los ciudadanos participen en el debate público y puedan pedir cuentas a sus propios gobiernos y a otros (elementos clave de la vida en democracia participativa), los ciudadanos deben tener acceso a medios de comunicación libres, pluralistas, independientes y profesionales. No se puede dar por sentada la idea de que la comunicación y el diálogo entre los diferentes miembros de la sociedad va a ocurrir de manera natural. Es deber de todos defender la democracia y la libertad de expresión.
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