Ese es el pecado del señor Maduro presidente de la República Bolivariana de Venezuela, que tiene secuestrados una cantidad indeterminada de colombianos, muchos, en las cárceles de ese país, sin ninguna garantía jurídica, sin juicios, con los procesos estancados, si es que se los siguen, violando flagrantemente sus derechos fundamentales.
En días anteriores los familiares de 38 detenidos protagonizaron un platón en el puente internacional Simón Bolívar que comunica con la ciudad fronteriza de San Antonio para exigir respuestas sobre las detenciones a que son sometidos por las autoridades venezolanas, sin que se les resuelvan sus situaciones jurídicas y con una lentitud pasmosa no avanzan los procesos y los familiares tienen dificultades extremas para tener un conocimiento claro del estado en que se encuentran.
Y no son solo estos 38 los colombianos que se encuentran detenidos en las cárceles venezolanas sin garantías de ninguna clase, son miles nuestros conciudadanos los que se encuentran en similares condiciones infrahumanas.
Me sumo a este clamor manifestado por los familiares de los detenidos y lo expresado en este periódico en su editorial del miércoles pasado en el sentido de que el señor Petro, amigo íntimo de Maduro, interceda prontamente, con contundencia en procura de la liberación de los colombianos que sin pruebas válidas permanecen “secuestrados”.
Que el señor Petro, se desmonte de la fantasía de arreglar el mundo, inmiscuyéndose, utilizando su tiempo en los problemas de Gaza, los palestinos, Hamás, Israel y con megáfono en mano como todo un agitador representante de la primera línea, promulgar la desobediencia de las fuerzas armadas a las ordenes del presidente de los EE.UU.
Ahora que el senador Chacón y el exministro Cristo son tan amiguis de Petro, que lo respaldan en todas sus locuras, aconséjenle que intervenga ante su otro amigo, Maduro para que se solucione la situación de los miles de colombianos y priorice las soluciones de lo que tiene mas cerca, su nación, antes que buscar inútilmente el arreglo de las otras bien lejanas.
A nuestros flamantes congresistas, que se les vea una, promuevan un pronunciamiento del congreso en defensa de nuestros compatriotas. A la Asamblea departamental y a los concejos municipales del departamento, sendas proposiciones exigiendo el pronunciamiento efectivo en la defensa de los derechos fundamentales de los detenidos al presidente Petro, defensor de Maduro con el tema del cartel de los soles y en el silencio que guarda frente al gobierno venezolano el hecho que el territorio del hermano país es un santuario para la guerrilla del ELN, desde donde atacan a la fuerza pública de Colombia.
Y por último, un llamado al embajador colombiano en Venezuela y a los cónsules para que visiten a los detenidos, los orienten y se enteren de primera mano de todas las dificultades que afrontan, que los coterráneos no se sientan desamparados por su país.
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