Los miles  de usuarios que diariamente acceden a las páginas de Facebook y Google, la mayoría de las veces no hacen otra cosa que viralizar rumores , filtrar documentos inciertos  y difundir informaciones falsas , tarea que fácilmente se les facilita , gracias a las sofisticadas tecnologías que permiten producir y compartir noticias , a la medida del consumidor de las mismas .

Con esa estrategia los trolis rusos se valieron de las redes sociales para inundar de noticias falsas a millones de lectores gringos, para desprestigiar la campaña de Hilary Clinton, y dar un rotundo empujón a la de Donald Trump, que les permitió, de manera fraudulenta , ganar las elecciones presidenciales .

Ese fenómeno de estrategia cibernética y de manipulación de las noticias, no solo ha ocurrido en los Estados Unidos, sino también, entre nosotros.  

No hace mucho tiempo lo vivimos en la manera como el Centro Democrático, valiéndose de métodos  espurios y engañosos, consiguió derrotar al  Gobierno , en su propósito de lograr la aprobación de un plebiscito al que sometió el acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc . 

El propio gerente de la campaña uribista del No, Luis Carlos Vélez, en escandalosa entrevista publicada en el diario La República , dijo lo siguiente: 

“Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me paso una imagen   de Santos y Timochenko,  con un mensaje  de porque se les iba a dar dinero a los guerrilleros  si el país estaba en la olla. 

Yo la publique en mi faceboock y el sábado pasado tenía 130.OOO , compartidos con un alcance de 6 millones de personas. 

Esto lo decía jactándose de su estrategia triunfalista, plagada de tergiversaciones y mentiras, cuyo objetivo era “que la gente saliera a votar verraca “. 

Esa salida en falso del Jefe de Campaña uribista, dio lugar al debate sobre el papel de la manipulación de la noticia en la discusión política , poniendo a los medios de comunicación a  buscar  instrumentos para evitar que los ciudadanos sean fácilmente engañados en las redes sociales .

En esta época de sociedades polarizadas, no solo se toleran las falsas noticias, sino que algunos las utilizan para validar sus puntos de vista. 

Para el efecto, pongamos un ejemplo: Si un cristiano fundamentalista encuentra un trino de Vivian Morales, embistiendo contra el matrimonio igualitario, se prende de esa información para reforzar su bronca contra todo lo que huela a comunidad LGBTI .

No obstante todo el esfuerzo que pueda hacerse para invitar a verificar determinadas noticias antes de tenerlas por ciertas, siempre habrá quienes se aferren a lo indemostrable, si con ello creen poder  injuriar a sus contradictores, aún dándose cuenta de lo irracional del mensaje.

Lo grave de esta tendencia perversa es que termina conduciendo al lector a poner en duda la noticia, aun sea cierta.