Amables lectores: hace unos días di mi consabido “buenos días” a Evelio, cotero de la central de abastos, con la sabiduría del hombre humilde del campo, desplazado por la violencia a la ciudad sabiamente me contesta “son buenos porque tengo trabajo”.
Me comentaban que hace algunos días se presentaron unos encuestadores en algún barrio marginado de la ciudad. Su objetivo: completar “cupos” para el programa populista del actual gobierno “nuevas madres cabeza de hogar”.
Para determinar el ingreso del núcleo familiar, el empadronador pregunta quienes trabajan y que tipo de actividad laboral desempeñan las personas activas como trabajadores en el hogar encuestado.
La candidata a ser inscrita en un tono de burla cucuteña contestó: “me da pena decirlo pero en este hogar el único que trabaja todavía es el reloj de pared”. “Los otros empleados que existían los focos (léase bombillos) se quedaron sin energía desde hace 8 días por falta de pago del recibo”.
El encuestador se retira y el ama de casa queda llena de expectativas pero con el temor de ser nuevamente engañada como sucedió con los formularios de las “20 mil casas gratis” que construiría el actual alcalde.
Leí en un periódico de circulación nacional que una profesional con sus respectivos títulos de especialización se quedó sin empleo hace 8 meses.
La empresa utilizó para su despido el “viejo truco” de la reingeniería empresarial que le permite dejar cesantes dentro de estas reestructuraciones a un grupo numeroso de personas. Se comenta en la crónica de prensa que esta profesional ya ha enviado 60 hojas de vida en busca de empleo sin obtener hasta el momento alguna respuesta positiva.
La desempleada no ha vuelto a tomar taxi por falta de recursos y todas sus diligencias las hace ahora a pie utilizando según su expresión “unos zapatos baratos pero cómodos”. Siente temor de enfermarse pues desde que perdió el trabajo no tiene EPS que la cobije. Creo que sus ejercicios físicos ya no son realizados en Bodyestablecimiento sino incómodamente en el pequeño baño de su apartamento.
Para terminar la entrevista manifiesta: “lo más difícil es mantener la esperanza, la ilusión y las ganas de luchar porque lo peor es la incertidumbre de no saber hasta cuando estaré sin empleo”.
Estados Unidos ha mejorado su situación económica porque ha disminuido la tasa de desempleo. Todo es una cadena. Sin empleo no hay ingreso, sin ingreso no hay demanda, sin demanda no hay ventas, sin ventas no hay empresas con utilidades, sin utilidades no hay crecimiento ni posibilidades de contratar personal.
El desempleo produce un alto grado de angustia y es una verdadera tragedia familiar.
Golpea no solo al desempleado sino también a toda su familia. ¿Cuándo veremos a nuestros gobernantes y clase política preocupados por esta maldición buscando crear fuentes de empleo y no solo gastando su tiempo en armar coaliciones para elegir a alcaldes y gobernadores?
Me preocupa que se utilice esta angustia para nombrar “a dedo corrido” solo a sus amigos sin tener en cuenta perfiles que hagan eficiente el trabajo del funcionario público o aún más grave nombrando a personas que no trabajarán para la actividad para la que fueron contratados sino para otras diferentes que le designe su jefe político. Ojo, entes de control, hay que obrar con valentía siendo los verdaderos guardianes del erario público.