Son los síntomas que presenta el mandatario con sus alucinaciones viendo cosas que no son, delirios al creer falsamente que lo persiguen para tumbarlo del poder, su aislamiento como cuando se perdió en Manta-Ecuador y sus discursos incoherentes arremetiendo con raimundo y todo el mundo y ahora con una reiterada fijación provocativa contra nada más ni nada menos el presidente que gobierna una potencia mundial. Nosotros chiquiticos pretender derrotarlo con una cauchera de alambre, como mató David a Goliat narrada esta historia en el libro 1 Samuel 17 de la Biblia.
No hay, ahora, foro internacional donde el presidente Petro no arremeta contra el presidente Trump y su política, según él, de expansionista e imperialista. Nuestro criterio y el de casi todos de mis contertulios opinan que es una gran irresponsabilidad del mandatario, deteriorar unas relaciones milenarias con una potencia mundial con la que tenemos cuantiosas relaciones comerciales y de cooperación mutua en variados temas, donde es más la ayuda que recibimos del coloso del Norte que la que nosotros le podamos brindar. Si acaso una ayuda simbólica.
Provocando al presidente más poderoso del planeta, ¡Qué osadía! Contra los intereses del pueblo colombiano. En 1941 Japón no solo provocó, sino que atacó por sorpresa la base militar de EE. UU.- Pearl Harbor- y un día después el Congreso de los Estados Unidos declaró la guerra al Imperio de Japón. Como consecuencia los EE. UU. se unieron a los aliados en la segunda guerra mundial y posteriormente lanzaron sobre las ciudades japonesa, Hiroshima y Nagasaki sendas bombas atómicas que las borraron del mapa, en ese momento, ahora son habitables.
Si esas experiencias en cuerpo ajeno no lo convencen señor Petro, o como bien dice el dicho: “Quién no conoce su historia está condenado a repetirla” No siga provocando al señor Trump, mire que él ha sido paciente con Colombia, lo ha sancionado a usted y su familia, pero a la Nación la ha tratado con compasión, porque es consciente que este gobierno está próximo a culminar y vuelven las cosas a su lugar. Si ellos quieren, los EE. UU., nos aplastan con un dedo, somos insignificantes ante ellos, lo debemos aceptar, dejémonos de falsos nacionalismos y afrontemos la realidad, o ¿Esperamos que los pobretones de Cuba, Nicaragua o Venezuela nos defiendan?
Razone señor Petro, deje de gravitar por el universo tratando de resolver problemas ajenos y ubíquese a gobernar por lo menos estos meses que le quedan. Ahh, también sería bueno que se hiciera un examen de toxicología y no quedaría nada mal, una visita al psiquiatra.
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