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La ensaladilla, otra riqueza de Arboledas
Es también la cuna de la ensaladilla del oriente colombiano y acaso del país.
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Martes, 23 de Junio de 2020

Arboledas es una tierra bendecida donde se da de todo, hasta poetas y guarapo del bueno. De allá salen políticos, gobernadores, poetas, educadores, profesionales de todas las ramas, y hasta un obispo tiene partida de nacimiento en dicha población. Pero sobre todo da gente trabajadora, verraca pa´echar pala y cultivar café. A Arboledas pertenece el corregimiento de Villa Sucre, donde nacieron dos grandes exponentes del arte y la poesía: Arnulfo Briceño, músico y compositor, orgullo de Norte de Santander y del país, y Ofelia Villamizar Buitrago, una de las máximas glorias de las letras nortesantandereanas.

Pero no sólo eso. Es también la cuna de la ensaladilla del oriente colombiano y acaso del país. Y cuando digo ensaladilla no me refiero a una ensalada pequeña con aguacate, lechuga, tomate y huevo cocido. La ensaladilla es una composición literaria que se cultiva en el campo, como la yuca y la papa. Se trata de relatos en verso que van contando, de manera jocosa, lo que le sucedió a fulanito cuando la mujer lo sorprendió con la otra en un cafetal oscuro, o lo que pasó en las fiestas de pueblo cuando el toro se subió a las graderías de madera y la gente corría hecha bola, o el vainazo que le echaron a un político que repartió plata para comprar votos y los vecinos le hicieron pistola. 

La ensaladilla nació, según dicen, en Arboledas, pero de allí se regó por los pueblos vecinos y otros municipios de Norte de Santander. Así encontramos ensaladillas en Cucutilla, Durania, Salazar, Gramalote, Lourdes, Sardinata, Toledo, Labateca, Chinácota y hasta en algunos pueblos de la región de Ocaña. En Las Mercedes no podía faltar la ensaladilla: En noches de luna llena y aguardientes, en las bancas del parque o en las tiendas del camino, se juntan en ocasiones campesinos a declamar ensaladillas, compuestas por ellos mismos. Hay que aclarar que las ensaladillas no son coplas sueltas ni versos para cantar. Son composiciones literarias, de cierta extensión, que tienen rima  y que están emparentadas con la historia y la poesía y el buen humor.

Pues resulta que en Arboledas, para celebrar este año la fiesta del campesino, se le ocurrió a alguien realizar el festival de la ensaladilla. Pero ese alguien no es cualquiera. Es un arboledano, miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, muchacho, el más muchacho de todos los muchachos de la academia, que sólo tiene 21 años y es un piloso en cuestiones de ensaladillas e investigaciones históricas.  Su nombre es Diego Alejandro Ortega Carrillo. Se juntó con otros jóvenes también arboledanos, inquietos por la cultura de su pueblo, como Adrián Romero, estudiante de Comunicación Social, ensaladillista y fotógrafo, y  le charon píchón al proyecto. 

Pero el virus murcielagoso que nos tiene acorralados les dañó la fiesta, que sería con música en el parque y participación de compositores de ensaladillas. Tres noches de versos y canciones y bailoteo. Se trataba de rendirle homenaje a Natividad Angarita en el centenario de su muerte, quien junto con Marcos Jurungo, le dieron a la ensaladilla un empuje que fue definitivo para que se extendiera por la región. Los muchachos no se amilanaron ante la pandemia. Sin apoyo oficial ninguno, con las uñas, la cabeza y el corazón, siguieron con su proyecto para desarrollarlo por la emisora del pueblo, Arboledas FM, y redes sociales. La cosa no es fácil pero echaron pa´lante porque “cabra que se devuelve, se desnuca”, dicen los campesinos. Hoy termina el festival virtual que duró tres días, y después será la premiación.

El proyecto tiene una gran importancia porque se trata de rescatar este género, el de la ensaladilla, que es expresión auténtica de la riqueza cultural del campesino, y al que poetas de alto vuelo, artistas famosos y gobernantes miran por encima del hombro. Sucede, pienso yo, como sucedió con la música carranguera al que todos menospreciaban hasta que Jorge Veloza la dio a conocer y la llevó a escenarios mundiales. 

Bien por Alejandro y Adrián y su grupo de trabajo. Con jóvenes así, la cultura de nuestros pueblos tendrá un gran porvenir después de este encerramiento. Algún día volveremos porque la poesía, la ensaladilla y el guarapo arboledanos son de completa sabrosura.

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