Circula en grupos académicos de redes sociales un trabajo monumental de docentes del programa de Historia de la Universidad de Cartagena, en el sentido que, con participación del docente e historiador Sergio Paolo Solano de Las Aguas, se propusieron recoger íntegra la información sobre libros, artículos y tesis de grado y posgrado publicados sobre la región caribe, y el texto se titula precisamente “Nueva bibliografía histórica del caribe colombiano (1990-2023)”. “Nueva bibliografía…”, porque entre 1988 y 1990 se publicaron dos inventarios bibliográficos que en buena medida recogieron la producción historiográfica sobre parte de la región, dicen los compiladores.
De lo dicho se desprende que el hecho de tener Cartagena - y su vecina Barranquilla - programas de Historia exitosos facilita el trabajo técnico realizado. Con esos programas - en pregrado y posgrado - es mucha la información que se recoge. No obstante, en la presentación de la obra se aclara que, con base en un concepto del historiador neerlandés Johan Huizinga, no sólo se incluyeron los trabajos de los historiadores profesionales, sino también “los realizados por personas que, sin tener esa condición, realizan aportes importantes al conocimiento del pasado”. Este concepto es importantísimo porque le da piso estable y firme a quienes hacen pesquisas o averiguaciones históricas sin tener la condición de historiador profesional, que es lo que sucede en las ciudades huérfanas de este programa. Digo ciudades y no regiones, porque en el nororiente colombiano existe el programa de Historia en la Universidad Industrial de Santander - UIS -, pero allá estudian harto y minucioso lo de ellos, ignorando el vínculo con los hoy llamados nortesantandereanos. Y a veces con displicencia.
Si el lector se fija bien en las fechas de los trabajos, tenemos que los dos primeros se hicieron entre 1888 y 1890, cuando aún no existían los programas de historia en las Universidad de Cartagena y Atlántico: creados en 1992 y 1994, respectivamente. Entonces, con las herramientas que tenemos podemos iniciar este trabajo de investigación de la vida y obra, o esbozos biográficos, de quienes se preocuparon por rastrear la ciudad y el Departamento, y de su propio peculio o con ayuda oficial publicaron el resultado de sus desvelos. El programa de Historia de la Universidad del Norte es de 1989, pero es en los últimos años donde ha tenido un protagonismo envidiable, porque apoya irrestrictamente la investigación histórica, y publica. Este trabajo lo podemos adelantar nosotros teniendo en cuenta la comprensión de las provincias extintas: Cúcuta, Ocaña, Pamplona y Ricaurte. El académico Luis Eduardo Páez García realizó en Ocaña hace algunos años un trabajo monumental sobre Historia de la literatura en la región de Ocaña, donde inevitablemente incluyó trabajos de Historia. Ya es un adelanto.
Es decir, sin tener en la ciudad nuestra propia facultad de Historia podemos ir adelantando ese trabajo, que como quedó dicho es válido, mientras llegue una dirigencia universitaria con sentido de pertenencia y traiga la Maestría en Historia, como lo hizo la Universidad Nacional a principios de los años 90, del siglo XX, que la llevó a Barranquilla mediante convenio con la Universidad del Atlántico, cuando la Uniatlántico aún no tenía el pregrado. El historiador Sergio Paolo Solano de Las Aguas, principal impulsor del trabajo citado, se posesiona hoy, a las 5:00 p. m., como miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia. Lo acompañaremos.
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