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Ilusiones de carretera
Para viajar al interior del país la obligada ruta es por la carretera Cúcuta-Pamplona- Bucaramanga.
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Sábado, 6 de Enero de 2018

Las vacaciones de fin de año nos brindan la oportunidad de hacer algún viaje, mucho más interesante si este se hace por carretera para repasar caminos recorridos en otra época o descubrir nuevos paisajes, de tal manera que se convierten en una experiencia grata en compañía de la familia.  

Para viajar al interior del país la obligada ruta es por la carretera Cúcuta-Pamplona- Bucaramanga y de ahí a los departamentos de Boyacá y Cundinamarca. 

El primer tramo ofrece una vía bien mantenida y demarcada que corresponde a la doble calzada que termina justo antes del peaje de Los Acacios, cuando apenas se han recorrido un poco más de 20 kilómetros de los casi 600 que deben transitarse para llegar a la capital. 

En adelante es solo proyecto, que corresponde a la ya concesionada obra de la doble calzada hasta Pamplona, que habrá de prolongarse hasta la capital de Santander. 

El hecho es que actualmente esta vía aunque con buen estado del pavimento tiene la dificultad que debe compartirse con el tráfico pesado compuesto por camiones y tractomulas, cuyos conductores son dueños de la vía en rectas y curvas. 

Pasando estas dificultades se viene a la cabeza un viejo proyecto gestado hace unos veinte años, mediante el cual se propuso la construcción de una nueva carretera  para unir a las capitales de los departamentos del gran Santander, conocida como la vía por el Alto del Escorial, pasando por El Zulia, Arboledas, Suratá y Matanza, todos ellos dedicados a la agricultura, convertidos en despensa para el resto de cada departamento, con la gran dificultad que las vías terrestres que los comunica con otros centros urbanos son de mala calidad. 

Según los estudios hechos el valor del proyecto, a pesos del 2006, ascendía a $2.07 billones. Ese costo y la conveniencia de la obra que acortaría la distancia entre estas dos ciudades, pero excluiría a Pamplona, suscitó un debate entre la clase dirigente y política, con voces a favor y en contra. 

En el año 2008 los gobernadores de entonces: Horacio Serpa de Santander y William Villamizar Laguado de Norte de Santander, se manifestaron a favor de esta obra y expresaron su compromiso con sacarla adelante; la historia nos dice que ninguno pudo cumplir su promesa. 

Para el 2012 el Instituto Nacional de Vías, Invías,  le adjudicó una suma de $11.860 millones para nuevos estudios. 

Durante la gestión del ministro Germán Cardona, el proyecto fue definitivamente engavetado para dar paso a la doble calzada paralela a la actual carretera que como sabemos avanza a paso lento a pesar de haber sido adjudicados los recursos económicos que se precisan y solo para la fecha están construidos dos cortos tramos cercanos a Cúcuta y Bucaramanga. 

Todo parece indicar que la voluntad política del actual gobierno ya está definida con relación a las obras de la vía terrestre que nos comunica con el interior. 

De tal forma que la suerte está echada, el alto del Escorial no está en los planes. Se trata de un asunto de costos y de intereses de los políticos que tienen la capacidad de decidir. ¿Habrá alguien en la próxima administración con el interés de trabajar en la ejecución de este proyecto, no obstante que la doble calzada haya sido decidida? Se escuchan propuestas.

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