Se llama Jaime de Jesús Restrepo Cuartas, médico de profesión, educador de tiempo completo y, como si fuera poco, escritor de los buenos. Paisa de nacimiento, santandereano por adopción y cucuteño de corazón. Pa´qué más. Como médico, se da el lujo de ser uno de los pioneros de los trasplantes de riñón en nuestro país, pues según los que lo conocen, fue el primer médico en hacer un trasplante renal en Colombia. Como educador muestra una extensa hoja de vida y una gran cantidad de mosaicos de graduados, donde posa muy tieso y muy majo, ya como estudiante, ya como docente, ya como rector. Y la fila de exalumnos que le agradecen sus enseñanzas, le da la vuelta a la manzana.
En realidad, uno no sabe de dónde saca tiempo el médico Jaime para dedicarse a la literatura. Sin mucho esfuerzo de mi parte, yo pienso que el hombre llega de noche a su casa, tira la bata blanca a la cama, se pega un duchazo y en lugar de tirarse a descansar, busca el computador y empieza a darle a sus escritos hasta la madrugada, cuando una voz desde la alcoba, suficientemente conocida, le grita: “Jaime, son las dos de la mañana, es que no piensa dormir? Acuérdese que tiene que pararse a las cinco. Después es un trabajo pa’que se despierte”.
Así, robándole tiempo a su merecido descanso, el hombre teclea y teclea y le salen cosas maravillosas, para bien de la literatura colombiana y de nosotros sus lectores.
Precisamente esta tarde hará la presentación de su nuevo libro, Héroes de barro, una obra que resalta la vida sufrida y agobiante de las gentes del campo que, en medio de la violencia que azota a nuestro país, luchan como verdaderos héroes anónimos por sobrevivir con sus familias. Héroes de barro no es sólo una novela. Es un compendio de historia y geografía, de sociología, de política, de sicología, de sufrimientos y de esperanza. Un libro de necesaria lectura para todo el que quiera saber ciertos intríngulis de esta malhadada guerra que nos agobia, como este virus de ahora.
Y hablando de virus, la COVID-19 nos echó a perder la fiesta de hoy, que para el lanzamiento del libro tenía preparada en Cúcuta, la doctora Carmen Elisa Araque, quien es de la familia del autor del libro. El rollo del parentesco es como sigue: Resulta que el doctor Jaime Restrepo es el rector general de la Universidad de Santander, UDES, con sede en Bucaramanga, y la doctora Carmen Elisa es la rectora de la misma universidad en el campus de Cúcuta. Ellos, los Udeistas, conforman todos una gran familia, unida por los lazos del compañerismo, la amistad y la misión de enseñar, lazos que a veces son más fuertes que los mismos de la sangre. Me consta del amor que la doctora Carmen Elisa le profesa a su universidad, donde comenzó como docente y ha escalado todas las posiciones hasta llegar a la rectoría de este campus hace ya doce años. Ella le debe gratitud a la UDES, pero también la UDES debe sentirse orgullosa de contar dentro de sus directivos a una mujer echada pa´lante, estudiosa, terca cuando se trata de defender a su universidad, y poseedora de grandes atributos académicos y sociales, que le han sido reconocidos por diversas instituciones. Y cucuteña de raca mandaca, por si acaso.
Pues bien. Con vino, música, discursos y tabla de quesos hubiera sido el acto del lanzamiento del libro, de no ser por el murciélago que se tiró en todo. Carmen Elisa estaba dispuesta a tirar la casa por la ventana, pero nos quedamos todos con el burro ensillado. No sé cómo digan en su tierra pero aquí decimos que una cosa piensa el burro y otra el que lo está ensillando. Nadie en el mundo entero se imaginó que esta pandemia iba para largo.
Pero no importa, doctor Jaime. Desde nuestras casas, encerraditos, lo acompañaremos y brindaremos esta tarde con usted para desearle muchos éxitos con su nuevo libro. La doctora Carmen Elisa nos queda debiendo la francachela y la comilona para cuando pase este susto pandémico. Que Dios los acompañe, señores rectores y señores udeistas.
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