Un directivo de un partido político de oposición en Colombia, manifestó la necesidad de “hacer trizas” el acuerdo final de paz, dejando ver desde muy temprano la forma como se desarrollará el debate ideológico en las próximas elecciones presidenciales. Ya está claro que la oposición utilizará el acuerdo de paz como blanco de todas sus criticas, las cuales harán desde todos los flancos a través de sus grandilocuentes dirigentes, que fácilmente salen a destruir, porque eso es muy sencillo. Lo que es verdaderamente difícil es construir. No comparto la sugerencia de hacer trizas el acuerdo de paz, porque hoy mas que nunca estoy convencido que la salida para el país, es la paz. El solo hecho de que las cifras de muertos en confrontaciones con la guerrilla se hayanreducido a cero (esto es ningún muerto de nuestras fuerzas armadas o de la guerrilla y menos aun de civiles producidas por la FARC-EP), ya es suficiente para mi. A la oposición se le presentó el acuerdo para que sugirieran cambios, se mejorara y pudiésemos tener un documento en el que nos sintiéramos incluidos todos, pero no se sugirió nada de fondo, solo cambiar tres comas y dos palabras.

Ese mismo acuerdo, que se les puso de presente para que mejoraran y no lo hicieron, es el que hoy quieren volver trizas, dejando ver el poco compromiso por sacar adelante nuestra nación. Queda demostrado que el interésde la oposición no es el país, sino la forma como se mantienen en el poder, para su beneficio personal. Por eso no importa salir a hacer la guerra a través de los micrófonos, sin haber tomado un fusil, sin haber visto morir su hijo o su hermano, sin haber sido desplazado de su tierra, sin aguantar hambre. La guerra desde un club de Bogotá, es fácil, es como un juego de roles, pero desde el campo es otra cosa. Por qué sería que cada vez que en Colombia moría un compatriota producto de las confrontaciones del ejercito con las FARC, el entierro era en Tumaco, Soacha, Ovejas o cualquier otra población pobre del país. Nunca un entierro de soldados o guerrilleros, fue en el Norte de Bogotá o en alguna casa de estrato alto, porque allí la única guerra que se conoce es en las noticias. Por ello los municipios mas azotados por la guerra votaron sí al acuerdo de paz, lo que pasa es que paradójicamente allí residen las minorías del país. Si el voto fuese cualificado no valdría lo mismo el de una victima de la guerra que el de uno que no la ha padecido. En las urnas, triunfaron los que no saben que es tener que salir en la oscuridad de la noche dejando lo único que poseían, por salvar su vida. Triunfaron los que no han tenido que velar a su hijo en la sala de su casa y recibir una nota de estilo y una bandera de Colombia. Triunfaron los que pregonan la guerra, pero si su hijo es llamado a prestar el servicio militarcorren a mover influencias para que no le toque ir. Así es fácil decir que se haga trizas el acuerdo y que siga la guerra, para poder jugar con los sentimientos del pueblo y hacerse elegir con un discurso bastante emocionalista y apegado a los intereses personales.

“Hagamos trizas el acuerdo” pregonan a los cuatro vientos, vamos a la guerra; yo pongo el discurso y voy al Congreso y ustedes ponen sus hijos y los mandan al monte, porque es deber defender la patria. Que fácil es decir vamos a la guerra y mandar a otros al frente de batalla, por eso es que construir un acuerdo de paz no es tarea fácil y los países que han padecido este flagelo lo reconocen y, apoyan el acuerdo con mas vehemencia que nosotros mismos. Lo único que debemos hacer trizas en este país es la desigualdad social y la guerra, para vivir como verdaderos hermanos.