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Gasolina, pescado y papa
La semana que pasó, es una de las más trágicas en materia de accidentalidad de vehículos de carga.
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Domingo, 12 de Julio de 2020

El lunes, un camión cisterna que transportaba 5959 galones de gasolina, se volcó y en segundos llegaron cientos de pobladores del corregimiento Tasajera, municipio Puebloviejo, departamento del Magdalena a robar el combustible y por imprudencia de algunos, se generó una explosión que cobra a la fecha más de 22 muertos y varias decenas de heridos, cuya recuperación podrá durar varios años, debido al grado de complejidad de sus quemaduras. 

El jueves, un furgón climatizado se volcó en jurisdicción del corregimiento Arroyo de Piedra, municipio de Luruaco, departamento de Bolívar. Casi de manera instantánea, aparecieron personas que con machete en mano, no dudaron en destrozar el automotor, frente a las súplicas del conductor-propietario, ilusionado en recibir ayuda de sus vecinos y en cambio, le fue robada su mercancía.

El viernes, sobre una de las arterias principales de nuestra ciudad, un vehículo cargado de papa, se volcó y varias personas que llegaron al sitio, procedieron voluntariamente a recoger y ubicar la mercancía en un sitio seguro.

No es posible comparar las condiciones socioeconómicas de las dos primeras poblaciones, con las nuestras, puesto que una de ellas, obtiene las más bajas calificaciones en el Índice de Pobreza Multidimensional, según información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Los tres hechos son muy lamentables, aunque de las noticias publicadas, el que transportaba pescado, sufrió la pérdida de su capital de trabajo ante la posible inexistencia de seguros que pudieran amparar la pérdida del producto y los daños del vehículo, en particular el contenedor de frío. 

En cuanto a los seguros contra todo riesgo, en Colombia existen empresas de gran prestigio, que ofrecen sus pólizas y las mismas tienen validez por cada movilización. Es decir, un solo viaje.

Para el caso del automotor de carga, también se ofrecen servicios que cubren entre otros, pérdida total y/o destrucción total, daños parciales de mayor cuantía, hurto de menor cuantía, etc. 

Entonces, es cuando se debe evaluar el riesgo de las personas que se atreven a robar las mercancías, por cuanto el hecho de que transporten productos perecederos, no significa que están exentos de una explosión, dado que los tanques de combustible almacenan volúmenes que pueden esparcirse cuando hay volcamiento y cuyas consecuencias son inimaginables.  

Por otra parte, ningún uniformado se atreve a evitar el hurto de mercancías, cuando se enfrenta a grupos de personas armadas de valor y herramientas de trabajo, como por ejemplo, las armas blancas y eso quedó demostrado en las imágenes publicadas por diferentes medios. 

En conclusión, es poco o nada lo que puede hacer un juez en el caso de las personas privadas de su libertad por haberse robado algunos pescados, habida cuenta que eso agravaría su condición de pobreza y con respecto a los vehículos, el Estado ha sido bastante laxo en materia de controles y por tal motivo todo seguirá igual o peor. 

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