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Esequibo, con olor a Malvinas
¿Apoyará Gustavo Petro a su par venezolano, al menos de palabra, como apoyó a Putin y Hamas? Veremos.
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Sábado, 9 de Diciembre de 2023

Las Guyanas o Guayanas son pequeños países ubicados en el oriente de Suramérica y muy desconocidos por los mismos suramericanos por haber sido colonias de países europeos diferentes a España y Portugal. Son tres Guayanas: de norte a sur está primero la Guyana Inglesa (hoy República Cooperativa de Guyana, o solo Guyana, y país independiente), seguida de la Guyana Holandesa (hoy Surinam, también independiente) y finalmente la Guyana Francesa, territorio francés de ultramar. Es el último terreno francés en Suramérica.

La República Cooperativa de Guyana y Venezuela, países fronterizos, tienen un viejo diferendo sobre un área limítrofe llamada Esequibo. Sobre este diferendo hay fallo de la Corte Internacional de Justicia dándole respaldo a la posición de Guyana. El regimen chavista de Nicolás Maduro que tiene a Venezuela en una dictadura que la ha pauperizado, logrando ser el primer país en quebrar una petrolera, tiene actualmente su mayor ingreso no oficial en el tráfico de drogas y la situación política del país se complica ante la presión estadounidense y europea que lo tiene como país paria y quienes exigen elecciones libres para aflojar la presión. En este ambiente, Guyana declaró haber encontrado grandes reservas petroleras costa afuera y Venezuela que hoy solo tiene reservas de crudos pesados, ve en eso una "salida" fácil a su crisis. Ha sido un viejo recurso político de gobernantes débiles apelar al nacionalismo buscando un conflicto externo y muy de los sátrapas querer aprovecharse de recursos de vecinos “débiles”. Basta mirar el ataque ruso a Ucrania.

Con las bravuconadas nacionalistas propias de los déspotas, Maduro amenaza con tomarse por la fuerza la región de Esequibo y para eso inventó un referendo para "consultar" a los venezolanos si se "cumplía" el fallo de la Corte Internacional de Justicia, como si las sentencias jurídicas se aplicarán por consenso. El referendo como toda elección "manejada" por un sistema electoral subalterno del tirano, tuvo resultados no validados objetivamente y no se sabe si votaron 2 o 10 millones ni quepasó en cada pregunta. Los resultados del referendo son las babosadas que dice Maduro, como justificador“popular” (mantra mamerto) del uso de la fuerza para tomarse el Esequibo.

Y aquí es cuando las dictaduras se suicidan. La dictadura militar argentina produjo la guerra de las Malvinas para eludir los gravísimos problemas internos que ellos mismos produjeron. Perdió miserablemente la guerra, lo que llevo a su derrocamiento. Y no es el único ejemplo. En la Segunda Guerra Mundial, Mussolini, para no quedarse atrás de Hitler invade Grecia, con el resultado que en días ya las tropas griegas venían sobre Italia y los alemanes debieron venir en su ayuda. Y Gamal Abdel Nasser en Egipto juró “arrasar” con Israel e inició la hoy conocida como guerra “sorpresiva” del Yom Kippur y cuando los tanques israelíes ya estaban en la carretera a El Cairo, Nasser pidió a Naciones Unidas su intervención para detener el conflicto. Todo bravucón es cobarde.

El problema con los ejércitos en dictaduras es que dejan de ser cuerpos armados profesionales y con visión democrática y se convierten en grupos mercenarios buscando su tajada del botín estatal por sostener al tirano; deja de ser una actividad vocacional y se vuelve extorsiva. Y cuando se enfrentan a ejércitos reales, no aguantan mucho; la paga no lo amerita. Los obesos generales de las Fuerzas Armadas venezolanas son la muestra que la disciplina militar por esas calles ya no aparece. 

La amenaza venezolana a Guyana movió ejércitos dispuestos a evitar la aventura madurista. Brasil ubicó tropas a la frontera con Guyana e Inglaterra que tiene un acuerdo de defensa con Guyana, se alista también; la aventura de Esequibo puede ser el atolladero malvino de la dictadura chavista. 

La derrota del chavismo en una aventura militarista nacionalista buscando librar su ruina interna sería una buena noticia. ¿Apoyará Gustavo Petro a su par venezolano, al menos de palabra, como apoyó a Putin y Hamas? Veremos.

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